martes, 30 de noviembre de 2010

España no va bien

No quisiera ponerles nerviosos, queridos, pero entiendo que mi ineludible deber es advertirles de que Aznar ha hablado. Parece ser que las bolsas del mundo aún no se han percatado, pero no descarten que la apertura del lunes sea un desastre que ríanse ustedes de la crisis del 29.
Porque España va mal. No, no he cometido un error de transcripción ni me estoy cachondeando. Que lo ha dicho Aznar, ese visionario. En realidad, lo que ha dicho es que España no va bien, y que el ascensor social que ha venido siendo la educación no funciona. Y yo me pregunto qué opinarán en Thyssen de estas declaraciones. Porque claro, sabiendo la tremenda influencia que tienen las palabras de José Mari, no es buena publicidad lo suyo de ayer.
Los que sí tienen que estar dando botes de alegría son los compañeros de El Jueves. Tantos años sin poder llevarse un estribillo con gancho al faldón de sus páginas, concretamente desde el archifamosísimo “España va bien”, ya pueden reinventarlo y grabar en blanco sobre negro, estos chicos son así, siempre llevando la contraria, “España no va bien”.
Y que va a tener razón el ex presidente Aznar. Que ya notaba yo un poco descontento al personal con la cosa de la economía, pero ya me van conociendo, soy tan despistada que si no viene el insigne ex presidente a iluminarme, es que ni cuenta me doy. Además, tiene doblemente razón la criatura. La culpa de todo es del descascarillamiento del ascensor ese que dice. Porque España está llena de “desprecio por los principios, valores y virtudes sobre los que debe estar construido un buen sistema de enseñanza: mérito, esfuerzo, estudio, trabajo, adquisición de conocimientos, disciplina y respeto de la autoridad” y olé, no me digan que no. Que ha sido leerlo y me han entrado unas ganas locas de ponerme un pantalón corto e hincharme a hacer abdominales. Luego me he acordado de que soy una chica y he perdido parte de interés por el tema. Es que a mí las labores de punto nunca se me dieron bien y lo de la economía familiar mejor vamos a dejarlo.
Tiene razón la luminaria de Valladolid. Que se han perdido todos los valores, hombre. Que a este país no lo conoce ni la madre que lo parió (Alfonso, discúlpame, compañero, por meterte en estos berenjenales). Se empieza por aplicar los mandatos constitucionales en las aulas y se acaba llevando el país a la quiebra.
Pero no se crean que Aznar es uno más de esos oportunistas que señalan un problema pero no aportan soluciones al mismo. Qué dicen, no hombre, no. Él es todo afán de servicio público y pese a estar retirado del mundanal ruido ha tenido a bien regalarnos su plan para la mejora de los ascensores de esta nuestra comunidad. Atentos, no pierdan detalle, pero no intenten hacerlo en casa.
El ex presi ve la solución en “abrir espacios de libertad a la iniciativa privada en la educación y por instrumentos que faciliten la libre elección: bonos sociales públicos, beneficios fiscales u otros”. Vale, que no han entendido ni palabra. Cómo son. Si es muy fácil y está inventado. Tú, gobierno, me sigues subvencionando el colegio de los niños, pero yo elijo el tipo de educación que quiero que reciban; elijo el colegio que tenga la pista de paddle más grande o más cuco el uniforme de la niña; que nadie se meta en si quiero que le enseñen religión o ciudadanía; que me los segreguen y, por supuesto, que no se mezclen con inmigrantes. Esos que vayan a un colegio público, de esos que no tienen ni crucifijo. ¿A que ya les va sonando?
Berlanga, te has muerto demasiado pronto. Lo que te has perdido.
(Publicado en AQUÍ DIARIO el 27 de noviembre de 2010).

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