miércoles, 21 de diciembre de 2011

Desde el hígado con amor

Voy a aprovechar un momento 'borde' de los míos para dejar muy clarito algo muy importante para mí. Lo siento si alguien se siente molesto, es lo que hay.
Y si a alguno le molesta, que sus razones tendrá, sentiré mucho que la única solución para dejar de ver como reivindico la labor de mis compañeros en sus cargos públicos sea dejar de ver lo que escribo. No me gustaría que fuera así, pero lo que no voy a dejar nunca es de reivindicar el trabajo de quienes se dejan la piel todos los días por hacer de este un mundo mejor para todos.

Y conste, le guste a quien le guste y a quien no, ya sabe lo que puede hacer, que no hablo ahora sólo de los míos. Hablo de todos, todos, los cargos públicos de este país, de cualquier color, opinión o partido político, la mayor parte de los cuales dejan mucho de su vida personal al servicio de que todos nosotros vivamos mejor. Cada uno con su idea de cómo se deben de hacer las cosas, cada uno con su razón, pero todos convencidos de que hacen lo mejor para el bien de todos.

Que ya me tienen hasta el mismísimo coño los del "todos son iguales, unos sinvergüenzas", dicho esto mientras se toman un vino, una copa o están en su casa cómodamente sentados. Eso sí, sin mover un solo dedo por los demás.

Este texto es fruto de un 'arranque' que me dió ayer en Facebook y está escrito desde el hígado. Y así se va a quedar. Lo único, añadiré dos comentarios que se han hecho y que me gustan porque mejoran el concepto. Espero que a sus autores no les moleste su inclusión. Si así fuera, no tienen más que decírmelo y los retiraré. Faltaría más.

El primero es de Pancho V. Saro: "Las generalizaciones son malas en los dos aspectos. Desgraciadamente tampoco todos los cargos públicos se dejan la piel para trabajar por nosotros (afortunadamente son los menos). A esos que están para lucrarse y lucrar a sus amigos denuncia y a la cárcel. Sean del color que sean".

El segundo, de Luis Clemente: "Tal y como lo has planteado, Kim, estoy absolutamente de acuerdo. Además es que comparto que hay que reivindicar la política y a las personas que a ella se dedican, como parte fundamental de la esencia democrática. Confundir la parte negativa con el todo, además de injusto, es una estrategia interesada, que ha ido calando, de desprestigio a la que yo personalmente nunca me he prestado. Lo que se esconde detrás de estas campañas de despretigio, contra políticos, sindicatos, etc, lo único que pretende es minar el sistema democrático y favorecer la aparición de un populismo manejable para la defensa de intereses muy concretos e inconfesable. Y sí, acepto que como en todos los colectivos sociales en la política también hay 'garbanzos negros', eso es inevitable ya que va ligado a la condición humana, y lo que hay que hacer no es tirar el puchero por la ventana, solo con sacar del mismo los garbanzos negros, seguiremos teniendo un 'sabroso cocido'".

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Mujeres al borde de un ataque de nervios

Soy consciente, queridos, de que este título es una repetición de otro de hace unos meses, con la salvedad de la inclusión de la palabra Mujeres. Pero ya se habrán dado cuenta ustedes de que mi imaginación es la que es; que me gusta a mí un título de película o canción más que a Camps un Emidio Tucci; y que era imperativo (ahora que se ha puesto de moda la palabrita, ¡ay, Toni Cantó!) encontrar un tema por el que me apeteciera echar espumarajos. Que no digo yo que no haya motivos todos los días del año para ello, ¡quía!, sólo que ando de astenia en astenia, cual mariposita en jardín japonés.

Pero miren por dónde se me está disipando la astenia a fuerza de mirar la realidad y verla tan azul, tan triste, tan acomplejada, tan sucia. No, tranquilos, no me he ido a vivir a Pitufolandia. No tendría para el alquiler. Sigo viviendo en este país, que vuelve a llamarse ¡España!, en esta región, que dejó de ser infinita para volver a ser Gran Reserva, y en esta ciudad que, al paso que vamos, dejará de mirar al mar por no poder sortear los obstáculos.

De estas cosas ya hablarán otros con más y mejor conocimiento que el mío. O yo, cualquier día de estos y sin conocimiento alguno, muy a mi estilo. Nobleza y Vuitton obligan. Hoy me preocupan otras cosas.

Hoy me preocupa la constatación de lo que se ha venido avisando desde hace meses. Alarmistas nos llamaron. Pues ahí lo tienen. Los recortes han empezado y lo han hecho por donde era de esperar, por donde a algunos más nos duele: el Estado de Bienestar. Sanidad y Educación están siendo víctimas desde hace tiempo. Las pensiones, de momento, libran. Pero me temo que de perfil y metiendo mucha tripa. Y la dependencia avisada está por el mismísimo Mariano Rajoy portada mediante.

Pero esto no debe ser suficiente y llevamos un par de semanitas que no hacemos otra cosa que desayunarnos con afilar de tijeras y no precisamente en los lomos de los que más tienen sino en la espalda de quienes necesitan, no diré que más pero sí que tanto como otras, protección. Hablo de las víctimas de violencia de género.

El 29 de noviembre la diputada del Grupo Socialista en el Parlamento de Cantabria, Ana Isabel Méndez, denunció que el Gobierno regional daba carpetazo “a más de 30 años de lucha contra la violencia de género y en defensa de las víctimas que en Cantabria venían protagonizando ONG's como la Asociación Consuelo Bergés (nacida en 1995) y CAVAS (nacida en 1987) y que desde hace 8 años, con la llegada al Gobierno de Cantabria de la coalición formada por socialistas y regionalistas no sólo recibieron apoyo institucional sino también recursos materiales para llevar a cabo su tarea. El Ejecutivo del PP que preside Ignacio Diego ha decidió retirar la subvención para las actividades de atención y casas tuteladas. A las mujeres que venían siendo atendidas en los cinco centros gerenciados por las asociaciones citadas y también por Cáritas se les han comunicado que serán cinco funcionarios de la consejería de Presidencia los que se harán cargo de sus casos”. Impagos a los trabajadores de alguno de esos centros, desaparición en el Presupuesto regional para el año 2012 de la partida para subvencionar los programas de atención a mujeres maltratadas, falsos ejecutivos paritarios y fotos interesadas los 25 de noviembre los pueden consultar ustedes en esta página.

Y este caso no es el único. En Castilla-La Mancha, cómo no, los centros de atención a la mujer sí tienen quien les escriba, para su desgracia. De hecho, ayer mismo han recibido una carta de Teresa Novillo, directora del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, comunicándoles que la plata estaba muy limpia, el niño toca muy bien el piano, pero hasta aquí hemos llegado, gracias por los servicios prestados y queden ustedes con Dios. Para que no digan que me lo invento, lo pueden ver ustedes mismos aquí.

Pero como no puede haber dos sin tres, que lo tradicional vuelve a estar de moda, ni podemos permitir que esta banda de alteradas le den contenido a sus aspavientos, en Valencia (cómo no bis) cerramos la biblioteca dedicada a temas de mujer y género de la Dirección general de Familia y Mujer de la Consejería de Bienestar Social (pasen y vean). Total, 25 años siendo un referente documental para la igualdad no son nada, ya lo dice el tango.

Mientras tanto, las mujeres y sus hijos siguen siendo asesinados y, en el colmo de la pirueta con triple tirabuzón y paso atrás, hasta hay maltratadores condenados que cobran pensiones de sus víctimas.

Y el silencio. El permanente y preocupante silencio.

No me digan que no es para estar de los nervios.


(Disculpen, amables lectores, mi poca pericia poniendo enlaces, la cual les obligará o bien a abrirlos en pestaña aparte o a volver sobre sus pasos una vez vistos. Siento en el alma darles tanto que hacer).

martes, 4 de octubre de 2011

Yo quiero ser una chica Almodóvar

Como decíamos ayer… siempre quise utilizar esta frase, queridos, y es por ello que me he ausentado durante tanto tiempo, que me gusta a mí darle contenido a mis cositas. Si la realidad no te da argumentos, créalos.

No les voy a hacer un resumen de lo que he estado haciendo durante estos meses por no aburrirles ni provocarles una justa envidia, pero les bastará con saber que he sido políticamente incorrecta los días pares y correctísima los impares. Por compensar y mantener el equilibrio del universo, no vaya a ser que por mi culpa se vaya al carajo más rápidamente que la teoría de la relatividad con la llegada de los neutrinos.

Algunos entre ustedes, que ya nos vamos conociendo, pensarán que mi desaparición tiene mucho que ver con la catástrofe electoral, pero desde ya les digo que siento en el alma desbaratarles el argumento. No negaré que, como a todos, a todos, insisto, me pilló por sorpresa, pero no me produjo depresión. No tengo yo tiempo para deprimirme. Y, total, para lo que sirve. Lo que me pilló es en coincidencia con todos los saraos veraniegos que en el mundo son y, claro está, esta circunstancia no le deja a una ni un momento libre. Vamos, que el verano me ha dejado como para pasar por talleres, no les digo más.

Pero impertinencia obliga y no podía estar un día más sin darle a la tecla. Las meninges irán poniéndose al día a su aire, que las mías son rebeldes porque el mundo las hizo así. Mientras tanto recupero el hábito de venir aquí a contarles mis cosas. Paciencia me tienen, criaturas.

Y vuelvo con las pilas puestas, que he estado este pasado fin de semana en la Convención Política del Partido Socialista y oigan, qué cosa más bonita de ver. Sobre todo porque una fue en modo no participante y se dedicó a observar, aprender, poner cara de asombro, motivos había, pasar calor, agarrarse un trancazo estupendo a base de aires acondicionados que funcionaban en diferentes grados de efectividad energética, reir, conocer gente… en fin, lo que se hace en estos saraos cuando una no tiene responsabilidad alguna más allá de la de dar fe 2.0 de lo que pasa. Como el Luisma.

Con tantas emociones entenderán que volviera agotada, pero muy contenta. Bueno, lo entenderían mejor si les contara los avatares del viaje de ida y del viaje de vuelta, pero les voy a dejar con las ganas que prefiero no recordarlo.

Los análisis sesudos de lo que allí se habló se los dejo a los profesionales de los análisis sesudos, oigan, que no me gusta a mí el intrusismo. Pero su poquito de cotilleo sí que les puedo contar. Nada que vaya a aparecer en los próximos capítulos de Wikileads, no crean.

Para empezar, la impresión que produce, a mí que soy más de pueblo que un kilo de boinas y mitómana a tiempo parcial, compartir espacio con personas que admiras hace añísimos. Por ejemplo, si hubiera tenido hipo a Dios pongo por testigo que se me hubiera pasado de golpe al ver aparecer a Ramón Jáuregui a unos pasos de este cuerpo serrano, compartir taller de Redes Sociales con Patxi López o comprobar que Odón Elorza es un ser de carne y, sobre todo, hueso. Que dejen de darle disgustos a este hombre que se nos está quedando en ná’. También me dejó asombrada comprobar que la relatividad del tiempo no es desdeñable cuando una tropieza con una Carmen Alborch más joven que hace diez años.

Pero lo que más me gustó de todo fue el Foro de Igualdad. Que vale, que la cabra tira al monte, dirán ustedes, pues sí. Pero es que esta cabra se sintió muy orgullosa de sus compañeros y compañeras y de las mujeres y hombres ajenos al partido que abarrotaron el espacio donde se celebró el evento para hablar de igualdad el día que se cumplían 80 años del voto femenino en España. Hombres y mujeres que aportaron ideas para seguir dando pasos en la consecución de una igualdad real, patroneados por un Rubalcaba que mostró su intención de "hacer política con las mujeres y no para las mujeres" y declaró no querer mujeres "a nuestro lado, sino en nuestro sitio". Hombres y mujeres que, al día siguiente, pasaron la jornada seguramente boquiabiertos por la fotografía que llevaba en portada el diario La Razón.

Si alguno de ustedes aún no la ha visto, quiero desearle una estupenda estancia en el paraíso al que ha acudido para pasar sus vacaciones, ya se la describo yo. Fotografía a cinco columnas, bajo el título de ‘El futuro de España’, de un Mariano Rajoy flanqueado por cuatro hombres y una mujer. Los cuatro varones vestidos de traje y portando adminículos propios de su profesión (salvo uno que no lleva nada en las manos, digo yo que será consultor o banquero o pensador o tertuliano, yo qué sé) mientras la mujer, castamente vestida y peinada estilo años 40, porta en sus manos un igualmente casto roscón. Para mí faltó que la hubieran subido a unos tomos de las grandes obras de la Sección Femenina, porque con tanta castidad le pusieron unas sandalias sin tacón y queda descompensada la foto, no sé si me explico. Las cosas o se hacen bien o no se hacen, caramba.

Ahora ya sabemos que Mariano, contra la opinión de esa banda de rojos que no hacen más que decirle que no tiene programa, sí que lo tiene, descreídos, que son ustedes unos descreídos. Al menos lo tiene para acabar con el desempleo. Poner a las mujeres a hacer bizcochos, mandarlas de vuelta a sus casas, como debe ser, a cuidar de su progenie y, si acaso, a realizar tareas de voluntariado. Que ya se sabe que la mano femenina se maneja como ninguna para la cosa del presupuesto familiar, el cuidado de enfermos, traer niños al mundo y coser descalabros. Que igual es por eso que también le ha concedido a alguna el honor de ponerla al frente de algún gobierno autonómico y alguna alcaldía, por la cosa de los descalabros.

Como menda no tiene progenie que cuidar, le da risa cada vez que alguien menta la palabra presupuesto, las agujas, de coser o no, le dan grimita y no tiene intención de postularse para cargo público, mientras me acerca alguien la cerilla y el bidón de gasolina sólo tengo una cosa en mente: ser una chica Almodóvar.

lunes, 9 de mayo de 2011

¿Venden pastillas para no soñar?

Imagino que a estas alturas ya tienen ustedes claro, queridos míos, que yo soy muy fan de la gente que tiene imaginación y la utiliza. Y también tendrán tirando a diáfano que me gusta más una campaña electoral que a un niño Pocoyó. Si combinamos ambas cosas nos puede dar como resultado grandes cosas. O no.
He de confesar que de las brillantes ideas que los publicistas, o quien quiera que se dedique a tener ideas en los partidos políticos de esta nuestra región, la que más me ha impactado ha sido la que se ha sacado de la manga de la bata de mancebo José María Fuentes-Pila. El candidato STV (por si un acaso me lee alguien que no sea de Santander, aclaro que estas siglas significan, de siempre por estos lares, ‘de Santander de Toda la Vida’, dándole un toque, ¿cómo decirles?, rancio a la expresión, aunque José María pretende convencernos de que lo suyo quiere decir ‘Santander para Toda la Vida’), el candidato, les decía, farmacéutico él de profesión, ha emulado las ‘Pastillas contra el dolor ajeno’ que comercializa Médicos Sin Fronteras (que será por siglas) y en vez de los tradicionales programas electorales en formato díptico está haciendo entrega de unas cajas de Fuentes-Pirina. Se lo juro por mis rizos. Que programa llevan, no se crean. Concretamente, en el prospecto.
Oigan, que está muy bien la cosa. Porque consultando las instrucciones de uso observa una que es de los pocos medicamentos que no tiene ni contraindicaciones, ni efectos secundarios. Sólo una precaución: “no tomar fuera de Cantabria, sentirá unas ganas profundas de volver”. Sí, es del PRC, qué quieren.
La composición consta, y que les conste que me limito a copiar textualmente, de un 100% de honestidad, 100% de realidad, 100% de compromiso y 100% de pasión por Santander. Para lo chiquitas que son, no vean la cantidad de cosas que caben. Talmente un Twingo.
Sobre el modo de empleo del medicamento no les voy a contar nada que ya nos conocemos y tampoco es cuestión de que se me hagan adictos, que los programas de desintoxicación salen por un pico y hay lista de espera.
Eso sí, las recomendaciones para un buen uso del producto son todo un tratado de poesía. “Guarde el prospecto junto con el producto, así podrá consultarlo siempre que pierda el Norte y no debe iniciar otra tratamiento mientras esté tomando Fuentes-Pirina”. Desde el “sin haberlo intentado, me ha salido un pareado” no he visto cosa igual.
Ahora, cuando me entreguen por la calle un vulgar díptico en el que se recojan las principales líneas del programa electoral del trisca de turno, veré pasar por mi mente las Fuentes-Pirinas y querré más y más.
Lo mismo voy tomando medidas, que dicen que lo importante es prevenir, y me voy a una farmacia a ver si tienen pastillas para no soñar.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 7 de mayo de 2011).

domingo, 8 de mayo de 2011

El diablo se viste de Prada

Pues nada, oigan, que ya están aquí, como en Poltergeits, las elecciones municipales y autonómicas. A partir de hoy y hasta nueva orden, que será dada el 23 de mayo, sus vidas girarán en torno a actos electorales, peticiones de votos, candidatos, candidatas, urnas, papeletas... ¡ah! y hasta programas, señora.
Y no, no me he confundido. Hasta el 23. Que el 22 los elegimos y el 23 ya están legitimados para seguir dándonos la chapa con sus cosas de políticos, sus mayorías absolutas, sus pactos de gobierno y sus tanques en la calle. Antes de llamarme exagerada, echen la vista atrás cuatro, ocho, años y ya, si eso, luego comentamos.
Como yo no puedo vivir tranquila, va en contra de mis principios, ya me he buscado algo de qué preocuparme en esta campaña electoral: qué narices me pongo yo para comentar unas elecciones. ¿Cuál es la vestimenta que se estila esta primavera para asistir a un mitin? ¿Con qué look me presento yo la noche electoral para no desentonar y que parezca que me tomo en serio todo esto? Porque claro, no es tan fácil.
A ver, imaginen que ganan los míos, que ya tienen ustedes imaginación, criaturas, ¿qué me pongo sobre este cuerpo serrano que no se arrugue con las muestras de efusividad de los compañeros, que no haga sombra a los protagonistas de la hazaña y que aguante una celebración como Dios manda, eh?
¿Y si pierden? Que una es muy bruja pero lo que vienen siendo poderes adivinatorios no tengo, así que el modelazo tiene que ser lo suficientemente versátil como para valer para un roto y para un descosido. Y que no me da el sueldo para irme de cabeza donde Armani, claro, que entonces lo tendría solucionado en un ya y sin tanta pamplina.
Estaba pensando que un trajecito, así, estilo militar podría estar bien. Que, además, se lleva mucho esta temporada. Vale, se lleva más en los países árabes, pero, al fin y al cabo, somos la tierra de las tres culturas. Y luego que me parece muy práctico eso del chaleco antibalas para una campaña electoral, quieran ustedes que no. Lo que ya no veo tan claro es el tema del casco, francamente. Mis rizos tienen cierta tendencia a ‘escupir’ de mi cabeza cualquier cosa que les ponga encima. Miren, eso igual es la explicación de muchas cosas.
Está visto que entre crónica y crónica tendré que darme una vuelta por algún centro comercial a ver qué propuestas se ofrecen de cara a los comicios. Uno que tenga tienda de Prada que, por lo visto, hace interesantes pactos con el diablo.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 6 de mayo de 2011).

martes, 3 de mayo de 2011

Vivo sin vivir en mí

A mí, el asunto este de la muerte de Osama Bin Laden no hace sino generarme dudas y más dudas.
¿Por qué tras una operación militar del cuidadosísimo ejército americano resulta muerto el terrorista y no prisionero como era deseable, al menos, para quienes querrían ser observadores de un juicio al enemigo público número 1?
¿Por qué la primera y única imagen de Osama muerto que aparece en la prensa a los pocos minutos de conocerse la noticia es un montaje, que al ser publicado ya se sabe que se descubrirá más tarde o más temprano la falsedad de la cosa?
¿Por qué en la Fox ponen al becario a hacer los titulares de la noticia sin duda más importante del año con el resultado de que quien había estirado la chilaba era Obama Bin Laden?
¿Por qué los ciudadanos americanos tomaron las calles, ellos que son más de tomar cerveza y whisky, al grito de “Yes, we can”, henchidos de alegría y satisfacción, como si se hubieran hecho con el cortacésped del vecino, obviando la posibilidad nada remota de que los partidarios del difunto se dediquen a amargarnos la existencia en cuanto pasen el luto?
¿Por qué, si es que no es otra tontuna informativa de las que está habiendo tantas en el día de hoy (ayer para ustedes, recuerden, queridos), se lanza el cuerpo del terrorista al mar y se dice que es en cumplimiento de las costumbres musulmanas cuando, primero, no sé yo de ninguna costumbre musulmana que diga eso, pero puede ser, que una es ignorante por parte de padre y madre, y segundo, eso sería una muestra de respeto para con el terrorista más buscado de la historia?
Y para acabar, aunque sigo teniendo preguntas, ¿por qué se tarda diez años en dar con él, buscándolo en lejanos desiertos, más lejanas montañas, países varios y se le encuentra precisamente cuando mejor le viene al líder yankee en caída libre en las encuestas de opinión?
Ya me ven, vivo sin vivir en mí.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 3 de mayo de 2011).

viernes, 22 de abril de 2011

Especialmente en abril

Entre la primavera ésta alterada que vivimos, la inminente llegada de la campaña electoral, las soplapolleces que tiene una que escuchar/ ver/leer, la Semana Santa y otras cosas variadas de la vida, está una como para poner sus ideas y sus rizos en orden. Si es que no sé por dónde empezar.

No es que la primavera me altere mucho, francamente, que a mí me encanta que vaya llegando el buen tiempo, aunque se resista el muy cabrón, pero es que este año ha venido cargadita. De gilipollas, básicamente. Porque hay que serlo mucho para llegar al nivel que estamos alcanzando, especialmente en abril.
Decía el maestro Serrat que “especialmente en abril/ la razón se indisciplina/ y como una serpentina/ se enmaraña por ahí”. Oigan, si no fuera porque anda que no tengo oída yo esta canción pensaría que se la escupía directamente a la geta a José Mari. Que es que hay que tener la razón muy indisciplinada para soltar el reguero de estupideces que suelta este hombre día sí y día también. Que levantarse, poner la radio y escuchar a José Mari decir que Gadafi es un amigo, extravagante, eso sí, no tiene precio. El precio ya lo pone cuando habla de la deuda española y de lo hipotecado que está dejando el solar patrio José Luis. Si lo que no sé es cómo no me da algo cualquier día de estos.
Señor Aznar, José Mari querido, por muy en inglés que lo digas, inglés de Valladolid, eso sí, Gadafi no es un amigo extravagante, es un hijo de puta. Una amiga extravagante es, pongamos por caso, Ágatha Ruiz de la Prada. No sé si ves la diferencia. Por si acaso, yo te la muestro. Gadafi es el señor ese que asesina a su pueblo porque a este ya no le viene bien que le mate de hambre y falta de derechos. Sí, hombre, sí, el terrorista, el del atentado de Lockerbie. Ese señor que se le está poniendo cara de señora mayor con gafas de poli americano. El que va rodeado de una comitiva de amazonas libias. Ese. Ágatha es la de la cara maquillada al estilo Manolo Tonetti y vestida como Pepe, que está casada con ese Segundo Augusto de mal nombre Pedro J. ¿Ves la diferencia ahora? Pues eso.
Menos mal que la misma mañana en la que me despertaba con los desvaríos de José Mari andaba yo con prisa porque me tenía que ir a ver a unos amigos a Durango con los que había quedado para comer. Las patatas con costilla que tradicionalmente ofrecen los socialistas de Euskadi en su Fiesta de la Rosa me supieron literalmente a gloria después de escuchar a Patxi López.
Dos años después de darse el fenómeno físico de que los cerdos vuelen, sigue contagiando su ilusión por lo que hace, su socialismo de verdad, del que se ocupa de los más desfavorecidos y los coloca al principio de la larga lista de tareas por hacer, su pasión por construir la paz en Euskadi, sin excluir a nadie pero no aceptando todo. Me declaro fan incondicional de Patxi y de su capacidad de emocionarse y emocionarnos. Y de hacernos sospechar “que el día más insospechado/ y de cualquier manera,/ en el lugar más imprevisto/ se puede aparecer la primavera”.
Especialmente en abril.








(Publicado en AQUÍ DIARIO el 22 de abril de 2011).

miércoles, 6 de abril de 2011

Esta noche hay una fiesta

Cada día estoy más convencida de que a los españoles nos salva de la locura propia y ajena nuestro sentido del humor. La capacidad que tenemos de reírnos de nosotros mismos y hasta de nuestra sombra nos proporciona la vía de escape necesaria para que no nos estallen las meninges con tanta estupidez que tenemos que aguantar cada día.

Tras la vorágine inauguratoria de estos días, en la que podíamos haber muerto bajo una avalancha de gilipollez descontrolada, me encuentro con la noticia de la convocatoria de una rave en el aeropuerto de Castellón. Para los no avisados, una rave es una fiesta multitudinaria que, generalmente, dura toda la noche y mezcla diferentes estilos musicales. Y ahora es cuando ustedes, queridos míos, ya no saben qué pensar de Carlos Fabra, de su aeropuerto, su molt honorable president y sobre la salud de la abuela que parece ser que fuma. Relájense. Que la rave no tiene la culpa. Ustedes saben muy bien qué pensar de Fabra, pillines, no pretendan ahora ir de inocentes. Pero esta vez, y sin que sirva de precedente, no es culpa suya.

La rave inaugural del aeropuerto de Castellón no la ha organizado el afortunado presidente del lugar. Ha sido convocada por algún cachondo castellonense a través de facebook y está teniendo un éxito insospechado.

Si hacemos caso de las personas que han confirmado su asistencia al evento el domingo 24 de abril, casi 6.500 personas (a la hora de escribir esta columna) tomarán las pistas del aeropuerto, obedientes ellas, haciendo caso del discurso inaugural de Fabra que dijo que ese era un aeropuerto para las personas.

Y es que cuando nos ponemos obedientes y graciosos, no hay quien nos supere. ¿Que el aeropuerto es para el disfrute de las personas? Pues allá que nos vamos toda la familia a organizar una fiestuqui, abuela y niños incluidos, que no tengo con quien dejarlos, y el perro también se viene, que si es uno más de la casa no lo voy a dejar tirado por ahí, aburrido y lloriqueante. Él no lo haría. Tía Enriqueta dice que no sabe si podrá llegar a tiempo, porque le gustaría organizar una jornada de punto de cruz en el hospital que inauguró Camps el otro día, pero como de eso sólo hay unos planos, está la cosa bastante complicada. Y lo de los márgenes del río Clariano tía Enriqueta prefiere no hablar, que ella es muy pía y ya estuvo a punto de perder las formas anteayer y comentarle a Alfoso Rus el uso que, en su opinión, le podía dar a las cuerdas con las que quería descolgar a los discapacitados.

Verán, queridos, que la cosa está calentita esta primavera en la Comunidad Valenciana. Siempre tuvieron los chés fama de fiesteros, pero la cosa de la crisis les había apagado un tanto el ánimo. Ahora, vuelven por sus fueros y andan revolucionados organizando fiestas a golpe de plano. A veces me dan envidia.

Luego veo en una recreación animada el proyecto Central Park que Íñigo de la Serna quiere hacer en la Vaguada de las Llamas y se me pasa la envidia. No tiene desperdicio, pero es indescriptible. Al menos, yo no me veo capacitada sin recurrir a la mofa y befa. Y eso es algo que está muy feo.


(Publicado en AQUÍ DIARIO el 1 de abril de 2011).

viernes, 1 de abril de 2011

¿Qué fue de Alfonso Rus?

Convendrán conmigo, queridos, que si bien no es condición indispensable para el ejercicio de la política lucir una exquisita educación sí que es cosa de agradecer. Y convendrán también que a nuestros próceres no tenemos mucho que agradecerles, al menos en este aspecto. Pues, con este buen rollo con el que hemos empezado, y redundando en el tema que tratábamos ayer, hoy les traigo para su uso y disfrute al insigne presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus. Le pondría un redoble de tambores, pero no estamos para gastos.

Recordarán que ayer dejamos a nuestras luminarias inauguradoras ejerciendo a uña de caballo, apurando las últimas horas posibles para dejar su impronta a las nuevas generaciones. Pero se nos escapó Rus. Que no puede una estar en todo y estos chicos me dan mala vida. El molt honorable president de la Diputación de la capital del Turia se lanzó el pasado sábado a inaugurar la estabilización del margen del río Clariano, en Ontinyent, obra a la que no se ha dotado de accesibilidad ya que para acceder a las orillas de dicho río se han puesto escaleras. Enfrentado a este hecho por un discapacitado allí presente, el molt honorable se descolgó ofreciéndole la posibilidad de habilitar unas cuerdas para que los discapacitados pudieran acceder a los márgenes del río. No contento con la ‘gracia’ hecha continuó su interrumpido discurso diciendo “a ver cómo arreglamos esto, que no le hemos puesto un ascensor a los pobres minusválidos”.

El señor Rus debería aprender, a su edad, que el que le increpen a uno, y sobre todo cuando el increpante tiene razón, va con el sueldo. Que un servidor público, sobre todo cuando ocupa un cargo de representación institucional, se tiene que dejar el mal genio y los prejuicios en casa. Que la buena educación abre más puertas y hace más amigos que la soberbia.

Yo también debería aplicarme el cuento, no se crea, señor Rus. Y no es tan difícil, me está saliendo hasta bien. Pero claro, hay que poner un poquito de esfuerzo. Porque si no estuviera haciendo el esfuerzo de comportarme educadamente hace varios párrafos que le hubiera mentado a su santa madre, le hubiera deseado una lesión que le incapacitara para bajar a disfrutar de la ribera del Clariano, le hubiera llamado de todo menos ‘bonico’ y hasta le hubiera pronosticado de qué mal ha de morir.

Pero me esfuerzo. Y como todo esfuerzo tiene su recompensa, esta columna es de lectura apta para menores y puede que me nominen al premio Casa de la Pradera el día que lo inventen.

Mientras, disfrutaré revisionando ¿Qué fue de Baby Jane? y meditando sobre la justicia poética.


(Publicado en AQUÍ DIARIO el 31 de marzo de 2011).

miércoles, 30 de marzo de 2011

300

Hay que reconocerle a nuestros políticos su capacidad para entretener nuestro devenir diario, que hay días en que no dan ni oportunidad al aburrimiento. Ya saben ustedes, queridos míos, que desde ayer la Ley Electoral prohíbe inaugurar, incluso visitar de forma oficial, obras, monumentos o pasos de cebra hasta después del 22 de mayo. Así que no quieran ver las carreras que se me han pegado las criaturas ayer para inaugurar todo lo inaugurable e, incluso, lo que no. Tengo agotados los rizos sólo de leer las informaciones al respecto, no les digo más.

En este pecado inaugural han caído todos, de un partido y de otro, no se crean. Pero como en todo, en esto también hay clases. Mientras en Barcelona su alcalde, el socialista Jordi Hereu, inauguró el Museo de las Ciencias Naturales aunque no funcionara aún su fonoteca ni alguno de sus paneles interactivos, el premio a este concurso de fulgurantes despropósitos se lo ha llevado, una edición más, el Partido Popular. Bien es verdad que jugando con ventaja, porque han sumado sus fuerzas en Madrid y Valencia y, claro, así no hay quien compita. La lideresa y su equipo participaron el lunes en no menos de diez inauguraciones. No quiero pensar cómo acabaron los zapatos de Esperanza de tanto trote cochinero. Pero a pesar de la acumulación de actos y posibles varices, que es lo que tiene mantener el pie firme e impasible el ademán, el accésit es para ¡tachán! el Ejecutivo valenciano y aledaños.

Pensaba yo que con la inauguración del aeropuerto de Castellón, donde los aviones ni están ni se les espera hasta dentro de un mes y pico, ya lo había visto todo. Pobre infelice. De Carlos Fabra ya no es sorpresa que nos tome el pelo, ni siquiera diciéndonos, tan pizpireto él, que la inauguración tempranera es para que la ciudadanía tenga la oportunidad de pasearse por las pistas de aterrizaje como Boeing 747 por su casa, cosa que es bien sabida es uno de los sueños de cualquier ciudadano que se precie. Hay que ser conscientes de que siempre viene alguien y te supera. Y por supuesto, ese alguien llegó. Detrás de Fabra vino Rita ¿a que parece un jeroglífico de mal gusto? Vale, lo arreglo. Detrás de Fabra llegó Rita. E inauguró una línea de metro sin metro al grito de “¡Que baje todo Benimàmet a ver esta obra, esta realidad!”, imbuida sin duda del espíritu de Leónidas. No hay noticia de si los vecinos de Benimamet le hicieron los coros al mejor estilo espartano o un corte de mangas.

Pero el primer premio, el honor supremo, la página escrita con letras de oro en la historia de las inauguraciones se la lleva nuestro amigo Francisco Camps. Se conoce que necesitaba estrenar algún traje y se montó la inauguración de un hospital en la Vall d’Uixó. Digo yo que esta gente del PP ha tomado a los castellonenses por gilipollas ¿no? Ah, esperen, que es que no lo he explicado bien. Es que no inauguró un hospital en tres dimensiones y tamaño real, aunque estuviera vacío, que a este paso ya qué más da. No. Presentó el proyecto en papel. “¡Os prometí un hospital y aquí tenéis la maqueta!”, dijo sandunguero como es él.

Hay noticias de que Leónidas se revuelve como loco sobre su escudo.


(Publicado en AQUÍ DIARIO el 30 de marzo de 2011).

martes, 29 de marzo de 2011

Basura

Creo que debería dar gracias al cielo de esta capacidad mía para el asombro. O de la capacidad para asombrarme que tienen los demás. No sé, no me decido. Tras varios días de astenia primaveral periodística, lo que viene siendo aburrimiento de toda la vida de Dios, me lanzo cual posesa a ver sobre qué escribo hoy y hete aquí que lo más rancio de papel couché me salta a los ojos desde la página web de Público. Y claro, esa presa es demasiado fácil para dejarla escapar por un quítame allá esa campaña electoral, que sobre eso ya hay demasiada gente que opina.

El rancio en cuestión es esa especie de maniquí de buena familia catalana, que ya se sabe que son mejores familias que las estandar del resto del país, que pasa por ser el novio (su carcajada aquí, gracias) de Lina Lollobrigida, un tal Javier Ridau. Desconozco por qué razón se descuelga el muchacho hablando de su sexualidad de macho de la rivera del Ebro, aunque imagino que será en respuesta a alguna pregunta del algún ‘incisivo’ juntaletras, pero me preocupa la salida de pata de banco del ínclito: “Yo imagino que el sexo entre hombres debe ser de una manera que yo me imagino que debe ser muy fuerte y muy doloroso. (...) Las personas que siempre me han querido tantear son todos gente gay, y cuando se les ha dicho que no, entonces me han atacado. Ojo, que es el perfil que hay”. Y sigue pudiendo salir a la calle sin que le apedreen, oigan.

Si alguien con el perfil de Ridau, con la educación y vivencias que dan una posición acomodada es capaz de semejante estrechez de miras, capaz de soltar una bellaquería como esa, o mejor dicho, varias en la misma frase, ¿qué podemos esperar del resto de la socidad? Este tipo de personajes, de los que Ridau es sólo un ejemplo a mano, son los que llenan horas de televisión y páginas de revistas, la radio, deo gratia, se ve libre, de momento. Y dejamos que sean referentes para nuestros jóvenes. ¿Así pensamos mejorar la tan vapuleada sociedad en que vivimos? Pues vamos de cráneo.

¿Algún voluntario en la sala para hacer algo al respecto?

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 29 de marzo de 2011).

martes, 22 de marzo de 2011

La gata sobre el tejado de zinc caliente

Por más que la gente pequeña de mente y espíritu se empeñe en repetir una mentira hasta la saciedad ésta no se convertirá en realidad. Vale, esto lo sabemos todos y algunos hasta lo tenemos claro. Pero también ocurre todos los días que a fuerza de repeticiones, hay gente que se cree esas mentiras y las acopla a su día a día, a su ideario, a la manera en que educa a sus hijos, en definitiva, a su forma de vida. Siguen sin ser realidades, pero ya hay quien les otorga esa capacidad.
Por más que nuestros alegres chicos del PP repitan una y otra vez que el AVE no llegará a Cantabria, llegará. De hecho, ustedes, queridos míos, habrán leído que “el papeluco ya está en Bruselas”, como bien nos informa nuestro presidente regional, con su habitual gracejo. Pero ellos, la chavalería popular, impasible el ademán, repiten hasta la arcada que no, que no llegará, que nos están engañando, que es mentira, que mire profe cómo Miguelito me está tirando de las trenzas. Enfrentados con la posibilidad, con el ‘a lo mojó’ sí que llega, cambian el discurso pero poco. Nos engañan, son malos, sólo el AVE a Cantabria se financiará con fórmula mixta. Mentira también. El de Galicia es hermano gemelo.
Pero da igual. Podemos desgañitarnos contando la verdad, dejarnos los ojos rebuscando la trampa en los papelucos para darles un zas en toda la boca, son ganas de perder el tiempo. La mentira ya está en el aire y respirada. Luego, si ustedes se fijan, y sin que se fijen mucho también se darán cuenta, se encontrarán con que a la que se descuiden alguien se lo soltará en su cara como verdad absoluta. Y seguirá dando igual lo que ustedes puedan rebatir. Ahí tienen un convencido y de ahí no hay quien le apee, faltaría más.
Deberíamos, todos, tener más cuidado. Ya no les voy a hablar de ética, de respetar la verdad, de hacer las cosas como se deben hacer. Para qué. Pero sí les voy a hablar de responsabilidad. De la que todos deberíamos tener. De darnos cuenta de que la mentira suele tener consecuencias. Y si esas consecuencias fueran, como son, nefastas para el mendaz, pues miren, con su pan se lo coma. Piedad la justa. Pero no es lo habitual. Lo normal es que las consecuencias las sufran quienes no tendrían porqué.
Y en esto no estamos exentos de culpa los profesionales de la prensa. Y hoy no me apetece torturarles con el teorema Pedrojota, claro ejemplo de mendacidad elevada a los altares. Ni de la falta de respeto a todos los estamentos democráticos de la que hace alarde días pares e impares. No. Hoy prefiero hacer acto de contrición y reflexionar sobre nuestra responsabilidad al escribir titulares, al desgranar noticias, al elegir fotografías. Nunca es inocente, ni tiene porque serlo, pero sí debería de ser hecho de forma responsable.
Hablar de denuncias falsas cuando hablamos de violencia de género tiene consecuencias, así que deberíamos hacerlo desde los datos, rigurosos, que aporta quien los tiene que aportar, el Consejo General del Poder Judicial. Y estos datos nos dicen que sólo el 0’018% de las denuncias de este tipo son falsas. Desde luego, con este dato no se puede hablar de la gran cantidad de denuncias falsas que se reciben en los juzgados. Estaríamos mintiendo.
Pero se ha dicho, se sigue diciendo y les reto a ustedes a que encuentren a alguien a quien no le hayan comentado alguna vez que las mujeres utilizan las denuncias falsas para quedarse con algo tras una ruptura.
Luego seguimos echándonos las manos a la cabeza cuando muere otra mujer víctima de violencia de género. Nos extrañamos cuando nos cuentan que no había denunciado los malos tratos que sufría. Ponemos en tela de juicio la eficacia de la Justicia, de la policía, de las leyes. Pero no entonamos el mea culpa por mentir, a sabiendas de que lo hacemos, y jugar con fuego.
Entonces no puedo evitar pensar en La gata sobre el tejado de zinc caliente. Yo me entiendo.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 18 de marzo de 2011).

sábado, 12 de marzo de 2011

Malnacidos

Leo las declaraciones de la ex teniente de alcalde del Ayuntamiento de Portugalete, Esther Cabezudo, y no puedo evitar que me recorra un escalofrío por la espalda. Esther cuenta, en su declaración ante la Audiencia Nacional en un juicio contra Asier Arzalluz Goñi e Idoia Mendizabal, los etarras a los que se juzga por atentar contra la ex edil en febrero de 2002, cómo ocurrió el atentado contra su vida y cuáles son las secuelas que dejó en ella. Y no todas, ni siquiera las peores, son físicas. Esther no ha vuelto a ser la misma. Sigue, nueve años después, sintiendo miedo. “Siempre tengo miedo”.
Tiene que ser horrible vivir atemorizado continuamente. Revivir una y otra vez cómo la onda expansiva de la bomba colocada para matarte, de lo que tienes que tener una consciencia plena cada minuto de tu vida, te lanzó por los aires varios metros, cómo dañó permanentemente tus oídos, cómo alojó en tu cuerpo varias partículas de metralla, cómo fue una cuestión de ‘suerte’ el que no te pillara de pleno el artefacto ya que no caminabas por tu senda habitual, cómo el escolta que te acompañaba se levantó tras el impacto y corrió a proteger tu cuerpo con el suyo creyendo, quizá, que te vendrían a rematar. Si alguien es capaz de imaginarse sólo una milésima parte de lo que esto puede producir en su persona, que me lo cuente despacito, porque yo no soy capaz.
Esther es una más de los miles de víctimas de ETA. Pero ninguna víctima es una más. No debería. Toda víctima de violencia, de la clase que sea, es inocente en su calidad de víctima. Quiero decir que no hay razón sobre la faz de la tierra que justifique el uso de la violencia, sea quien sea la víctima, así como sea quien sea el verdugo. Tras miles de años de historia es inadmisible que la violencia siga dominando nuestras vidas. Tras miles de años de historia es incomprensible que la violencia se adueñe del género humano y anule nuestra capacidad de razonamiento, de diálogo.
Cuando escribo esto han pasado escasas horas desde las últimas detenciones de terroristas. Parece ser que se ha descabezado el aparato militar de ETA. Por cierto, cada día me parece peor que utilicemos el término militar para referirnos a quienes dirigen a los ejecutores, como me rechina utilizar el término político para quienes ponen la mirilla sobre las víctimas, aunque entiendo la necesidad de encontrar términos comunes para definir el espanto. Se ha detenido, decía, al presunto jefe de los asesinos. Y también mientras escribo esto se conmemora el atentado de la estación de Atocha. Y recordamos a las víctimas de unos y de otros. O, al menos, el común de la sociedad las recuerda y vuelve a emocionarse en el recuerdo.
Mientras, hay quien vuelve a utilizar el horror para sus propios fines. Hoy volvemos a ser espectadores del intento de manipulación política de quienes han sufrido en sus carnes el zarpazo del sindiós. Quienes pretenden otorgar a las víctimas, otorgarse a sí mismos, la exclusiva de la razón y el conocimiento; quienes enfrentan a unos contra otros, ayudando con su mezquindad al mantenimiento de la violencia, ya que no son capaces de dialogar, de razonar, de ceder, y sí de enfrentar, imponer, manipular, mentir. Y ahora no hablo de los terroristas. Estos matan y todos lo tenemos claro. Ahora hablo de los que utilizan el dolor del otro para su propio beneficio, bien utilizando su condición de víctima, bien la de paladín. Ahora hablo de malnacidos.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 12 de marzo de 2011).