miércoles, 21 de diciembre de 2011

Desde el hígado con amor

Voy a aprovechar un momento 'borde' de los míos para dejar muy clarito algo muy importante para mí. Lo siento si alguien se siente molesto, es lo que hay.
Y si a alguno le molesta, que sus razones tendrá, sentiré mucho que la única solución para dejar de ver como reivindico la labor de mis compañeros en sus cargos públicos sea dejar de ver lo que escribo. No me gustaría que fuera así, pero lo que no voy a dejar nunca es de reivindicar el trabajo de quienes se dejan la piel todos los días por hacer de este un mundo mejor para todos.

Y conste, le guste a quien le guste y a quien no, ya sabe lo que puede hacer, que no hablo ahora sólo de los míos. Hablo de todos, todos, los cargos públicos de este país, de cualquier color, opinión o partido político, la mayor parte de los cuales dejan mucho de su vida personal al servicio de que todos nosotros vivamos mejor. Cada uno con su idea de cómo se deben de hacer las cosas, cada uno con su razón, pero todos convencidos de que hacen lo mejor para el bien de todos.

Que ya me tienen hasta el mismísimo coño los del "todos son iguales, unos sinvergüenzas", dicho esto mientras se toman un vino, una copa o están en su casa cómodamente sentados. Eso sí, sin mover un solo dedo por los demás.

Este texto es fruto de un 'arranque' que me dió ayer en Facebook y está escrito desde el hígado. Y así se va a quedar. Lo único, añadiré dos comentarios que se han hecho y que me gustan porque mejoran el concepto. Espero que a sus autores no les moleste su inclusión. Si así fuera, no tienen más que decírmelo y los retiraré. Faltaría más.

El primero es de Pancho V. Saro: "Las generalizaciones son malas en los dos aspectos. Desgraciadamente tampoco todos los cargos públicos se dejan la piel para trabajar por nosotros (afortunadamente son los menos). A esos que están para lucrarse y lucrar a sus amigos denuncia y a la cárcel. Sean del color que sean".

El segundo, de Luis Clemente: "Tal y como lo has planteado, Kim, estoy absolutamente de acuerdo. Además es que comparto que hay que reivindicar la política y a las personas que a ella se dedican, como parte fundamental de la esencia democrática. Confundir la parte negativa con el todo, además de injusto, es una estrategia interesada, que ha ido calando, de desprestigio a la que yo personalmente nunca me he prestado. Lo que se esconde detrás de estas campañas de despretigio, contra políticos, sindicatos, etc, lo único que pretende es minar el sistema democrático y favorecer la aparición de un populismo manejable para la defensa de intereses muy concretos e inconfesable. Y sí, acepto que como en todos los colectivos sociales en la política también hay 'garbanzos negros', eso es inevitable ya que va ligado a la condición humana, y lo que hay que hacer no es tirar el puchero por la ventana, solo con sacar del mismo los garbanzos negros, seguiremos teniendo un 'sabroso cocido'".

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