lunes, 9 de mayo de 2011

¿Venden pastillas para no soñar?

Imagino que a estas alturas ya tienen ustedes claro, queridos míos, que yo soy muy fan de la gente que tiene imaginación y la utiliza. Y también tendrán tirando a diáfano que me gusta más una campaña electoral que a un niño Pocoyó. Si combinamos ambas cosas nos puede dar como resultado grandes cosas. O no.
He de confesar que de las brillantes ideas que los publicistas, o quien quiera que se dedique a tener ideas en los partidos políticos de esta nuestra región, la que más me ha impactado ha sido la que se ha sacado de la manga de la bata de mancebo José María Fuentes-Pila. El candidato STV (por si un acaso me lee alguien que no sea de Santander, aclaro que estas siglas significan, de siempre por estos lares, ‘de Santander de Toda la Vida’, dándole un toque, ¿cómo decirles?, rancio a la expresión, aunque José María pretende convencernos de que lo suyo quiere decir ‘Santander para Toda la Vida’), el candidato, les decía, farmacéutico él de profesión, ha emulado las ‘Pastillas contra el dolor ajeno’ que comercializa Médicos Sin Fronteras (que será por siglas) y en vez de los tradicionales programas electorales en formato díptico está haciendo entrega de unas cajas de Fuentes-Pirina. Se lo juro por mis rizos. Que programa llevan, no se crean. Concretamente, en el prospecto.
Oigan, que está muy bien la cosa. Porque consultando las instrucciones de uso observa una que es de los pocos medicamentos que no tiene ni contraindicaciones, ni efectos secundarios. Sólo una precaución: “no tomar fuera de Cantabria, sentirá unas ganas profundas de volver”. Sí, es del PRC, qué quieren.
La composición consta, y que les conste que me limito a copiar textualmente, de un 100% de honestidad, 100% de realidad, 100% de compromiso y 100% de pasión por Santander. Para lo chiquitas que son, no vean la cantidad de cosas que caben. Talmente un Twingo.
Sobre el modo de empleo del medicamento no les voy a contar nada que ya nos conocemos y tampoco es cuestión de que se me hagan adictos, que los programas de desintoxicación salen por un pico y hay lista de espera.
Eso sí, las recomendaciones para un buen uso del producto son todo un tratado de poesía. “Guarde el prospecto junto con el producto, así podrá consultarlo siempre que pierda el Norte y no debe iniciar otra tratamiento mientras esté tomando Fuentes-Pirina”. Desde el “sin haberlo intentado, me ha salido un pareado” no he visto cosa igual.
Ahora, cuando me entreguen por la calle un vulgar díptico en el que se recojan las principales líneas del programa electoral del trisca de turno, veré pasar por mi mente las Fuentes-Pirinas y querré más y más.
Lo mismo voy tomando medidas, que dicen que lo importante es prevenir, y me voy a una farmacia a ver si tienen pastillas para no soñar.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 7 de mayo de 2011).

domingo, 8 de mayo de 2011

El diablo se viste de Prada

Pues nada, oigan, que ya están aquí, como en Poltergeits, las elecciones municipales y autonómicas. A partir de hoy y hasta nueva orden, que será dada el 23 de mayo, sus vidas girarán en torno a actos electorales, peticiones de votos, candidatos, candidatas, urnas, papeletas... ¡ah! y hasta programas, señora.
Y no, no me he confundido. Hasta el 23. Que el 22 los elegimos y el 23 ya están legitimados para seguir dándonos la chapa con sus cosas de políticos, sus mayorías absolutas, sus pactos de gobierno y sus tanques en la calle. Antes de llamarme exagerada, echen la vista atrás cuatro, ocho, años y ya, si eso, luego comentamos.
Como yo no puedo vivir tranquila, va en contra de mis principios, ya me he buscado algo de qué preocuparme en esta campaña electoral: qué narices me pongo yo para comentar unas elecciones. ¿Cuál es la vestimenta que se estila esta primavera para asistir a un mitin? ¿Con qué look me presento yo la noche electoral para no desentonar y que parezca que me tomo en serio todo esto? Porque claro, no es tan fácil.
A ver, imaginen que ganan los míos, que ya tienen ustedes imaginación, criaturas, ¿qué me pongo sobre este cuerpo serrano que no se arrugue con las muestras de efusividad de los compañeros, que no haga sombra a los protagonistas de la hazaña y que aguante una celebración como Dios manda, eh?
¿Y si pierden? Que una es muy bruja pero lo que vienen siendo poderes adivinatorios no tengo, así que el modelazo tiene que ser lo suficientemente versátil como para valer para un roto y para un descosido. Y que no me da el sueldo para irme de cabeza donde Armani, claro, que entonces lo tendría solucionado en un ya y sin tanta pamplina.
Estaba pensando que un trajecito, así, estilo militar podría estar bien. Que, además, se lleva mucho esta temporada. Vale, se lleva más en los países árabes, pero, al fin y al cabo, somos la tierra de las tres culturas. Y luego que me parece muy práctico eso del chaleco antibalas para una campaña electoral, quieran ustedes que no. Lo que ya no veo tan claro es el tema del casco, francamente. Mis rizos tienen cierta tendencia a ‘escupir’ de mi cabeza cualquier cosa que les ponga encima. Miren, eso igual es la explicación de muchas cosas.
Está visto que entre crónica y crónica tendré que darme una vuelta por algún centro comercial a ver qué propuestas se ofrecen de cara a los comicios. Uno que tenga tienda de Prada que, por lo visto, hace interesantes pactos con el diablo.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 6 de mayo de 2011).

martes, 3 de mayo de 2011

Vivo sin vivir en mí

A mí, el asunto este de la muerte de Osama Bin Laden no hace sino generarme dudas y más dudas.
¿Por qué tras una operación militar del cuidadosísimo ejército americano resulta muerto el terrorista y no prisionero como era deseable, al menos, para quienes querrían ser observadores de un juicio al enemigo público número 1?
¿Por qué la primera y única imagen de Osama muerto que aparece en la prensa a los pocos minutos de conocerse la noticia es un montaje, que al ser publicado ya se sabe que se descubrirá más tarde o más temprano la falsedad de la cosa?
¿Por qué en la Fox ponen al becario a hacer los titulares de la noticia sin duda más importante del año con el resultado de que quien había estirado la chilaba era Obama Bin Laden?
¿Por qué los ciudadanos americanos tomaron las calles, ellos que son más de tomar cerveza y whisky, al grito de “Yes, we can”, henchidos de alegría y satisfacción, como si se hubieran hecho con el cortacésped del vecino, obviando la posibilidad nada remota de que los partidarios del difunto se dediquen a amargarnos la existencia en cuanto pasen el luto?
¿Por qué, si es que no es otra tontuna informativa de las que está habiendo tantas en el día de hoy (ayer para ustedes, recuerden, queridos), se lanza el cuerpo del terrorista al mar y se dice que es en cumplimiento de las costumbres musulmanas cuando, primero, no sé yo de ninguna costumbre musulmana que diga eso, pero puede ser, que una es ignorante por parte de padre y madre, y segundo, eso sería una muestra de respeto para con el terrorista más buscado de la historia?
Y para acabar, aunque sigo teniendo preguntas, ¿por qué se tarda diez años en dar con él, buscándolo en lejanos desiertos, más lejanas montañas, países varios y se le encuentra precisamente cuando mejor le viene al líder yankee en caída libre en las encuestas de opinión?
Ya me ven, vivo sin vivir en mí.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 3 de mayo de 2011).