martes, 30 de noviembre de 2010

España no va bien

No quisiera ponerles nerviosos, queridos, pero entiendo que mi ineludible deber es advertirles de que Aznar ha hablado. Parece ser que las bolsas del mundo aún no se han percatado, pero no descarten que la apertura del lunes sea un desastre que ríanse ustedes de la crisis del 29.
Porque España va mal. No, no he cometido un error de transcripción ni me estoy cachondeando. Que lo ha dicho Aznar, ese visionario. En realidad, lo que ha dicho es que España no va bien, y que el ascensor social que ha venido siendo la educación no funciona. Y yo me pregunto qué opinarán en Thyssen de estas declaraciones. Porque claro, sabiendo la tremenda influencia que tienen las palabras de José Mari, no es buena publicidad lo suyo de ayer.
Los que sí tienen que estar dando botes de alegría son los compañeros de El Jueves. Tantos años sin poder llevarse un estribillo con gancho al faldón de sus páginas, concretamente desde el archifamosísimo “España va bien”, ya pueden reinventarlo y grabar en blanco sobre negro, estos chicos son así, siempre llevando la contraria, “España no va bien”.
Y que va a tener razón el ex presidente Aznar. Que ya notaba yo un poco descontento al personal con la cosa de la economía, pero ya me van conociendo, soy tan despistada que si no viene el insigne ex presidente a iluminarme, es que ni cuenta me doy. Además, tiene doblemente razón la criatura. La culpa de todo es del descascarillamiento del ascensor ese que dice. Porque España está llena de “desprecio por los principios, valores y virtudes sobre los que debe estar construido un buen sistema de enseñanza: mérito, esfuerzo, estudio, trabajo, adquisición de conocimientos, disciplina y respeto de la autoridad” y olé, no me digan que no. Que ha sido leerlo y me han entrado unas ganas locas de ponerme un pantalón corto e hincharme a hacer abdominales. Luego me he acordado de que soy una chica y he perdido parte de interés por el tema. Es que a mí las labores de punto nunca se me dieron bien y lo de la economía familiar mejor vamos a dejarlo.
Tiene razón la luminaria de Valladolid. Que se han perdido todos los valores, hombre. Que a este país no lo conoce ni la madre que lo parió (Alfonso, discúlpame, compañero, por meterte en estos berenjenales). Se empieza por aplicar los mandatos constitucionales en las aulas y se acaba llevando el país a la quiebra.
Pero no se crean que Aznar es uno más de esos oportunistas que señalan un problema pero no aportan soluciones al mismo. Qué dicen, no hombre, no. Él es todo afán de servicio público y pese a estar retirado del mundanal ruido ha tenido a bien regalarnos su plan para la mejora de los ascensores de esta nuestra comunidad. Atentos, no pierdan detalle, pero no intenten hacerlo en casa.
El ex presi ve la solución en “abrir espacios de libertad a la iniciativa privada en la educación y por instrumentos que faciliten la libre elección: bonos sociales públicos, beneficios fiscales u otros”. Vale, que no han entendido ni palabra. Cómo son. Si es muy fácil y está inventado. Tú, gobierno, me sigues subvencionando el colegio de los niños, pero yo elijo el tipo de educación que quiero que reciban; elijo el colegio que tenga la pista de paddle más grande o más cuco el uniforme de la niña; que nadie se meta en si quiero que le enseñen religión o ciudadanía; que me los segreguen y, por supuesto, que no se mezclen con inmigrantes. Esos que vayan a un colegio público, de esos que no tienen ni crucifijo. ¿A que ya les va sonando?
Berlanga, te has muerto demasiado pronto. Lo que te has perdido.
(Publicado en AQUÍ DIARIO el 27 de noviembre de 2010).

viernes, 26 de noviembre de 2010

Santander, universo ‘micro machine’

Nunca he sido muy de películas de superhéroes y supervillanos. Siempre me ha parecido que vistas una, vistas todas. Personajillo apocado que, mutación mediante, se vuelve salvador del mundo alto, guapo y vestido de lagarterana y se convierte en la peor pesadilla de algún rencoroso bajito, feo, malo malísimo y también vestido de lagarterana. No entiendo por qué aún en Lagartera no han hecho ya algo al respecto, francamente. No tienen visión comercial.
Mientras que en el héroe es casi condición sine qua non que se haya producido la dichosa mutación para que, de buenas a primeras, se convierta en una hermanita de la caridad con la musculatura de Arnold Swacheneger, los motivos del villano para querer apoderarse del mundo suelen proceder de un trauma infantil, juvenil o en pleno colodrillo. Y yo, que siempre pensé que un trauma lo que produce es un chinchón, físico o en el alma, me encuentro con que también puede producir el desarrollo de un ego hipertrofiado. Y de ahí a querer dominar el universo, un paso.
Otro de los daños colaterales de la egolatría es la ilusión de que el mundo entero, incluida la vecina del quinto, se ha confabulado contra nos y no tienen más misión en la vida que hacernos pasar las de Caín. Hombre, que digo yo que tampoco es de extrañar que si a uno le da por pretender ser el rey del universo micro machine a los presuntos ‘reinados’ no les venga bien e incluso confabulen un poquito para impedirlo. Pero como soy todo candor, termina siempre por darme pena del pretendiente al trono, porque sé que al final va a llegar el superhéroe y a base de ensaladas de leches le va a mandar al exilio antes de la toma de posesión. Lo que les decía, previsible todo.
Visto todo lo anterior, entenderán que pese a que me aburran las películas del género entiendo el mecanismo. Pues me pasa lo mismo con la política de esta ciudad, de esta región, que entiendo el mecanismo, pero cada día me aburre más. Y ya cuando los egos hipertrofiados se desbordan cual río en época de lluvias torrenciales, la pereza que me entra llega a rebasar los límites establecidos por la OMS. Que es que hay días que me llegan a poner un ‘perezómetro’ y lo hago estallar. Hoy es uno de esos días. Y que cuándo no es fiesta, dirán ustedes. Pues también tienen razón. Un no parar de bostezar, oiga.
Puede que en mi desidia de hoy tenga algo que ver el propio día en si, que tiene un aspecto de irse a acabar el mundo que no se lo salta un pasiego. Pero fundamentalmente la culpa es de este afán tan mío y tan masoca de leer la prensa según me levanto. Que no me dará un día de estos por hacer punto de cruz o tejer una bufanda o yo qué sé. Cualquier cosa que me tenga entretenida lejos de los periódicos y además me quite el frío. Pues no.
Y hoy me he encontrado con que el alcalde de las televisiones ha sufrido un ataque de ego desmedido y se siente perseguido y acosado por el Parlamento Regional, así, al completo. Que ha sido leerle declarar que “Desde hace varios meses el Parlamento de Cantabria sólo se usa para atacar al alcalde de Santander” e imaginarme a San Rafael, bastón en alto en una mano y enarbolando un mule giratorio en la otra, seguido de Tobías, encabezando una horda de diputados regionales con la mirada perdida al frente y recitando “tú tienes la culpa, tú tienes la culpa, tú” mientras señalan con dedo acusador al ínclito, que ríanse ustedes de Donald Sutherland en La invasión de los ultracuerpos.
Pero tranquilos todos. Que aún no cumple todos los requisitos para supervillano.
Éste viste bien.
(Publicado en AQUÍ DIARIO el 26 de noviembre de 2010).

jueves, 25 de noviembre de 2010

Contra la violencia de género, información.

(Pincha en las fotos para ampliarlas).

Su certificado, por favor

Leo en la prensa de hoy que en la ciudad brasileña de Sao Paulo van a exigir a Papá Noel la presentación de un certificado de penales para poder ejercer. Tras la estupefacción inicial, me lanzo de hoz y coz a leer atentamente la noticia y ya salgo de mi estado de estupor y lo entiendo todo. No es que no se fíen del pobre Noel, que visto cómo anda el mundo lo mismo podía ser, a quienes les van a pedir los papeles es a los aspirantes a suplantarle durante la campaña navideña en los centros comerciales. Claro, una cosa es la suplantación consentida y fenicia de personalidad y otra muy distinta es que cualquier delincuente pueda sentarse un niño a las rodillas con a saber qué oscuros propósitos.
Otro error. A los comerciantes de Sao Paulo no les preocupa la seguridad de los infantes pedigüeños. Bueno, hay que tener en cuenta que a los brasileños con posibles todo lo pedigüeño les preocupa más bien poco, ya pidan juguetes a Papá Noel , comida, una vivienda digna, ropa o medicinas. Quita, quita. Lo que les tiene sin pegar ojo es una oleada de robos que se ha producido últimamente en los centros comerciales que, aparte de rebajar sustancialmente sus ganancias, les da muy mala imagen a los mercaderes.
Así que esas navidades todo aquel que quiera trabajar emulando al anciano de los renos tendrá que personarse en la cola de la oficina de empleo, o lo que quiera que cumpla el papel en Sao Paulo, con el certificado de ser buena persona y no tener en su poder deuda alguna con la Ley entre los dientes. A tomar por el saco las bonitas historias navideñas de superación personal y social con las que nos obsequian año tras año las televisiones. ¡Que esto es la realidad, señora!
Así que, Marikim, vuelve a poner los tacones en el suelo, criatura, que a ti te dan una historia entrañable y te me haces un lío. La falta de costumbre. Total, que de vuelta en la realidad, que miren que da para unas risas si uno tiene el sentido del humor apropiado, me he puesto a pensar en lo importante que es la seguridad. Ya nos lo dejaron claro el Congreso de Estados Unidos y la dulce Condolezza.
Lo que no consigo entender es que siendo tan importante, ya que han dado el paso, cómo es que se han limitado a los papás noeles. Que digo yo que metidos en harina, le podían ir pidiendo el bendito beneplácito penal a sus dirigentes. No sé, me parece a mí que es muchísimo más interesante en cuestión de seguridad. Y ya que están en ese plan innovador, exporten la idea al resto de países de su entorno y de todos los demás entornos. Que no parece tener mucho sentido que para ser émulo de un señor que lleva regalos a los niños haga falta tanto y para ser cargo electo no pidan nada. Bueno, sí. En realidad, para ser candidato en este país también hace falta presentar el papelito que confirma que no se tienen asuntos pendientes con el sistema penitenciario. Pero claro, si aún no se ha conseguido, pese a estar inmerso en un lodazal judicial, una condena en firme, el sistema penitenciario no tiene nada que decir ahí. Y no me hagan darles nombres que ustedes son gente leída y yo no tengo tiempo, que tengo cosas muchísimo más importantes que hacer. Me tengo que ir a celebrar el Premio Cervantes que le han dado a Ana María Matute. Ya era hora.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 25 de noviembre de 2010).

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Si se calla el cantor

Rafael Amor regresa a la que él considera su casa, Santander, tras su vuelta hace ya más de tres años a su tierra natal, Argentina, dando por terminado su ‘exilio’.
Para quienes nos ha hecho más agradables las tardes lluviosas de muchos inviernos, volver a tenerle en casa es un placer. Además, viene con disco nuevo bajo el brazo y, qué quieren, eso siempre le da más ganas a una de echar una tarde musical. Luego viene la cruda realidad, como el crudo invierno, y no podré acudir, obligaciones laborales mediante.
Di que casi mejor, porque a mi edad me viene fatal verme inmersa en una redada policial. Y como está la cosa últimamente, casi fijo que me vería. Y no tiene ya una años para que la pongan de rizos en la calle con la ‘pelúa’ que está cayendo estos días, que como siga así podemos convertirnos en embajada de Gstaad o Aspen. No, si esquiar no esquío, pero ¿a que me ha quedado de un pijo muy propio? Era la intención, darlings.
Seguramente estarán ahora pensando que soy una exagerada, no por lo de las embajadas, que también, si no por lo de salir detenida de una actuación de un cantautor, por muy argentino que sea. Pero se lo explico gustosamente, que es que no están ustedes a la última en noticias locales.
Hace unos días, mis amigos Tito y Luis tuvieron la brillante idea de organizar un concierto en su bar, imagino que aprovechando este empacho de cultura que nos ha agarrado las entrañas en esta ciudad últimamente, que es que estamos en un plan que no hay hijo de madre que nos aguante. Pues dicho y hecho. Se trajeron un grupo que, a decir de los allí presentes, se marcaron medio concierto que les estaba sabiendo a gloria a los afortunados que tuvieron tiempo para ir de oyentes. Y sólo fue medio, no por falta de ganas de los músicos que ya les digo que estaban ‘entregaos’, sino porque se personó la autoridad competente y se jodió el concierto. Que me vayan desalojando que se nos han quejado los vecinos. Que es que también hay comunidades que son peor que la de Desengaño 21, señor Cuesta.
Total, que se quedaron sin concierto. Y me cuentan que no fueron los únicos. Por lo visto, y esto pertenece ya al terreno del más puro chisme, otro local, en otra calle de esas que suena mucho, se atrevió a organizar otro concierto y también se personó la autoridad competente y se tuvieron que disolver. Ya se sabe del peligro que tiene esta gente bohemia. Que se empieza por dejarles interpretar música y acaban por montarte una manifestación de apoyo al Sáhara en menos que Montserrat Caballé te canta un aria.
Me cuentan que en la notificación que se entregó a uno de estos dos locales, no conseguí averiguar a cuál, como motivo de la disolución se adujo el estar desarrollando una actividad cultural. No sé como no están los organizadores ahora mismo camino de Guantánamo. Por terroristas peligrosos. Pero ya les digo, esto pertenece al terreno del chisme y no pongo la mano en el fuego por que sea cierto. Aunque si me preguntan mi opinión les diré que cosas más raras se han visto en esta ciudad. Y lo que te rondaré morena.
Menos mal que me aclaran que Rafael Amor actúa en el CASYC. Ahí, aún, la cultura está a salvo.
Tal como está la cosa en el mundo, esperemos que no hagan callar al cantor.
Ya lo decía su amiga Mercedes Sosa. Si se calla el cantor, calla la vida.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 24 de noviembre de 2010).

martes, 23 de noviembre de 2010

No llego, no llego, no llego

Cada día me parezco más al conejo de Alicia en el país de las Maravillas. No llego, no llego, no llego. Tic, tac, tic, tac.
Que no haya quedado muy fina la comparación no le resta valor a la realidad. Yo no sé qué hago que cada día me administro peor. Sobre todo en lo relativo al tiempo. En relación con el dinero, es un tema del que no hablo. Algún resquicio de la exquisita educación recibida me tenía que quedar por ahí suelto y en casa siempre hemos considerado que hablar de dinero es de muy mal gusto. Es que en casa somos muy fans de la querida Isabel, su graciosa majestad, of course.
Pero a lo que yo iba. No me da el tiempo para nada. Recuerdo que no hace tanto tiempo las 24 horas del día me parecían más que suficientes para todo lo que una tenía que hacer. Ahora, ni con 48 horas que tuviera a diario me cunde el día.
Y la cosa es que hago más o menos lo mismo que hacía. Leer la prensa, un poquito en diagonal, tampoco se crean que le pongo más interés, no vaya a ser que me entere de algo y eso ya sería el acabose; atender el correo, el electrónico, que al cartero ni le abro, le tengo mártir al pobre; cocinar el día que me acuerdo que tampoco son todos; despotricar con los amigos, bien en vivo y en directo bien por vía telefónica, sobre los últimos aconteceres de nuestra realidad; venir a trabajar; trabajar; salir de trabajar, vale, aquí haremos un alto para reconocer que muchos días es ahí cuando llega el momento de ocio y, claro, luego lo de madrugar se pone chungo... Total, un no parar.
Y claro, con esta vida inquietante y acelerada, no hay quien esté al tanto de todo lo que pasa en este mundo en el que pasan tantísimas cosas. Y así, llega esta hora en la que tengo que escribir estas magnolias y hay días que, si la lideresa no ha hecho una de las suyas, Salvador Sostres o cualquiera de los impresentables que en el mundo son no ha rebuznado nada digno del estercolero que tienen por mente, o Benedicto no ha salido de viaje, no sabe una qué contarles. Que vale, que es abrir cualquier página web, sin mirar, y al tercer enlace seguramente ya tenga motivos, que decía el otro, pero aveces internet no permite ni siquiera esa posibilidad, y te encuentras ahí, cual vaca al tren, mirando como nunca acaba de cargar la página. Y te cagas en los 50 megas de velocidad que sabes que se han implantado ya en algunos hogares y empresas de la región y sueñas con un mundo donde las páginas de internet carguen en cero coma y los bytes vayan y vengan felices, rápidos, serviciales.
Luego despiertas y escribes cosas como esta. Qué quieren que le haga. Las quejas se las van dejando apuntadas al maestro Armero en la barra de hielo.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 23 de noviembre de 2010).

lunes, 22 de noviembre de 2010

Ernest Lluch en la memoria

Ayer, 21 de noviembre, se cumplieron diez años del asesinato de Ernest Lluch. Diez años sin una de las voces más sensatas que he escuchado hablando de terrorismo. Diez años de la demostración de lo que ETA opinaba sobre el diálogo y la negociación.
Aquel día al llegar a casa encendí la televisión, maldita costumbre. Vi una imagen muy familiar para mí, un nombre que siempre recordaré con cariño y una voz que, en el despiste inicial, no conseguía asociar con el rostro y que sin embargo no me era desconocida. De repente, las palabras "atentado de ETA" me hicieron daño a los ojos. Y caí en la cuenta. La voz que escuchaba era la de Miquel Roca y, sin embargo, el rostro, siempre amable, que me miraba desde la pantalla del televisor era el rostro de Ernest Lluch.
"No puede ser. No pueden haber matado a Lluch. ¿Pero a quién demonios se le puede ocurrir? ¡Hijos de puta!" Luego las lágrimas y el horror brotaron libres. Dos tiros en la cabeza. Dos horas abandonado su cuerpo hasta que fue encontrado por un vecino. Descubrí entonces que, hasta ese momento, mi reacción a los crímenes de ETA no había sido plena. La indignación, la rabia, la impotencia, el dolor, el horror que cada vez había sentido eran aquella anoche mucho más intensos, casi físicos. Imaginar a Lluch tirado en el suelo de su garaje, con la cabeza destrozada por dos balazos, solo, sin que nadie supiera que estaba allí muerto durante dos horas, era una idea que me dolía en lo más profundo. Pasé la noche intentando encontrar una explicación, aún a sabiendas de que no la había. Y recordando.
Recordaba el día en que, armados de valor y con el no asumido, fuimos a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo a pedir al entonces rector que nos facilitara un día a la semana la posibilidad de montar un puesto de Amnistía Internacional en la sede de La Magdalena mientras duraran las clases. Nos sorprendió.
Primero, por recibirnos personalmente, sin tener que pasar previamente el control de calidad de cinco o seis secretarias. Después, porque no sólo accedió gustosamente a lo que le proponíamos, sino que nos dio carta blanca para recorrer el Palacio de La Magdalena, utilizar sus aulas y toda su infraestructura siempre que lo necesitáramos. "Estáis en vuestra casa, poneros cómodos. Y no dudéis en pedirme cualquier cosa que necesitéis".
Durante cuatro años, no hubo tarde de jueves entre finales de mayo y principios de octubre que faltara a su cita con nosotros. Sacaba un minuto, algunos más si podía, de su apretada agenda de anfitrión para pasarse por el puesto y ver qué tal nos iba. Más de una vez y más de dos, trajo consigo a catedráticos, ex ministros, ministros en activo, alumnos, cantantes, actores... y les ‘hacía el artículo’. Socio de Amnistía Internacional desde que se fundó el grupo en Barcelona, aquellos días de verano, aquellos ratos, dejaba a un lado al rector y afloraba el militante. Siempre amable y simpático se lanzaba de cabeza a ‘discursear’ sobre derechos humanos.
Eternamente despeinado, el estado de su flequillo reflejaba la intensidad con que vivía la vida. Despistado hasta la caricatura, era capaz de inaugurar el nuevo periodo académico con un traje mal atado y un calcetín de cada color. El día que nos conocimos, nos pregunto nuestros nombres para inmediatamente olvidarlos, mantenerlos en el olvido todo aquel verano y sorprendernos al año siguiente recibiéndonos con un abrazo y nuestro nombre en su sonrisa.
Culto, muy culto, era un placer escucharle hablar. Le gustaba compartir café a media tarde con los alumnos, con el personal de la UIMP, con sus hijos, con cualquiera que estuviese dispuesto a charlar distendidamente. De pronto, en medio de cualquier frase, un silencio...volvía la cabeza hacia el ventanal, miraba el mar... "bonito ¿verdad?"... y continuaba con lo que estuviera diciendo.
Dialogante, culto, vital, despistado, amable, simpático... buena gente. Y le mataron. Le dieron dos tiros en la nuca y le dejaron allí tirado. Malnacidos.
(Pubicado en AQUÍ DIARIO el 22 de noviembre de 2010).

domingo, 21 de noviembre de 2010

Una lista vergonzosa

Josefa, de 45 años, estrangulada por su marido Juan Manuel en Sevilla.
Ivana, de 36 años, asesinada por su ex novio de más de 20 puñaladas, en Madrid.
Isabel Barroso, de 26 años, es apuñalada por su ex pareja dentro de su automóvil, donde dejó que se desangrara hasta morir.
Asesinó a Carmen y la metió en el coche donde él se suicidó también.
Mª Victoria, de 64 años, apuñalada en plena calle y por la espalda por su ex-pareja.
Enma, de 47 años, apuñalada por su pareja en su domicilio, por la espalda.
Fátima, 25 años, asesinada a tiros por su ex-pareja, dentro de un disco-bar.
Un hombre de 57 años asesina a cuchilladas a su ex pareja, Irene, de 51 años.
Un hombre acuchilla a su mujer, Fatna,de 29 años.
Ana, de 49 años, es apuñalada en plena calle por su ex pareja.
Guadalupe B.M tenía 41 años, su ex pareja le asestó decenas de puñaladas al no aceptar la ruptura.
Farida, 46 años, apuñalada por su marido en plena calle.
Apuñala a su esposa MªDolores y se suicida al día siguiente mientras era buscado por la policía.
Cristóbal mata a su pareja, Mª Mercedes, de 35 años, y a su hijo Cristóbal de sólo 5 años.
Delfina, de 48 años, tenía una orden de su ex pareja, que la acuchilló repetidamente.
También había orden de alejamiento contra la ex pareja de Rafaela pero no sirvió para salvarla de él, que la atacó con una azada.
Tras asfixiar a su mujer, Milagros, se suicida con un tiro de escopeta en la cabeza. Ambos tenían problemas psicológicos.
Apuñaló a su esposa, Felicia, de 68 años, hasta matarla.
Laura, enfermera, fue presuntamente envenenada por su pareja, también enfermero.
Con 3 denuncias, una sentencia firme por malos tratos, orden de alejamiento… consigue R.F., de 44 años, matar a Z.G., su mujer, de 32 años.
Asesina a su mujer Nikauris, de 29, a cuchilladas. Tenía 3 hijos pequeños..
Damiana, de 39 años, es asesinada por su ex pareja, que posteriormente se suicida.
Johana, de 27, degollada por su pareja, a la que había denunciado por lesiones en 2008.
Un hombre mata a martillazos a su pareja, María Rosa, de 34 años.
C.G.M., de 80 años, es asesinada por su marido y luego intenta suicidarse.
Cristina, de 56 años, es encontrada muerta en el río, cosida a puñaladas.
Se ha detenido a su ex pareja, José Pascual, de 45 años, autor confeso del crimen.
Estos son los nombres propios de algunas de las mujeres que han muerto este año víctimas de la violencia machista. La última, hoy mismo (ayer para ustedes), en Tenerife, hace la número 68.
Es una lista vergonzosa. Para los asesinos; para quienes miran hacia otro lado cuando escuchan gritos pensando que no es asunto suyo; para quien desoye el quejido, la petición de ayuda; para quien considera exagerado la reivindicación militante, política y constante de la Igualdad; para quien utiliza la dignidad de las mujeres como felpudo; para quien segrega; para quien rie, hace oídos sordos, excusa e incluso alienta expresiones o declaraciones machistas y luego se echa las manos a la cabeza cuando matan a otra mujer...
Cerrar los ojos y los oídos no es inocente. No puede serlo.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 20 de noviembre de 2010).

viernes, 19 de noviembre de 2010

Ya está bien

De la existencia de una psicopatía en el curriculum de Salvador Sostres tenemos noticia desde los tiempos en los que participaba en las tertulias de Crónicas Marcianas. Y el hombre se empeña en que quien no lo sepa, se entere. Hace unos meses, mientras el mundo se horrorizaba con la tragedia de Haiti, el animal de bellota del que nos ocupamos se despachaba con su teoría de la menstruación del mundo, es decir, según él, al planeta tiene que hacer limpieza de vez en cuando porque no cabemos todos, así que se dedica a menstruar y pasan siniestros como el de Haiti. Continuaba despotricando contra quienes lloraban por los muertos y mostraban su solidaridad, porque daba por hecho que quienes penaban era porque sentían el miedo agarrándose a sus entrañas ya que como, en caso de catástrofe similar y no siendo los más fuertes del lugar serían ellos los muertos, digamos que estaban viviendo un ‘cuando las barbas de tu vecino...’ Y acababa el hijo de mala madre con un lapidario “El mundo menstrua y elige el día, el rayo y el lugar oportuno”. Ahí, con dos cojones. Osea, no es que sobre gente en el mundo, es que sobran negros. Y si son pobres, sobran más.
Yo no sé porqué no le cambio el nombre a este espacio y le llamo Gilipollas del año, Patanes sin fronteras o cualquier otra cosa similar que sea descriptivamente correcto, porque veo que esto va a ser un no parar.
Bueno, sigo con el impresentable del día. A estas alturas, ya se habrán enterado hasta en Marte, con más razón ustedes que son gente informada, de la que montó en el plató de Alto y claro, en Tele Madrid (¿pero aún no lo ha quemado nadie? Les veo paraditos, queridos, así no hacemos la revolución, eh). Pues por si hay algún despistadillo entre el público, les hago un resumen. En un intermedio del programa de Isabel San Sebastián, y creyendo que no le oía más que el corifeo que tenía alrededor, el anormal se despachó a gusto sobre sus preferencias en cuanto a la edad que deben tener las mujeres, el tipo de olor vaginal que a él le gusta y cómo han de rasurarse el vello púbico para ser de su interés. Como si todo ello le pudiera importar a alguien, aparte de al otro impresentable con el que compartía plató y le reía las gracias, Alfonso Ussía. En un momento dado, la presentadora le afeó la conducta señalándole que había niños escuchándole y ahí es cuando volvió el hijo de puta químicamente puro, cien por cien hijo de puta, sin nada de lycra. Al decirle que los niños eran de Rabat, sonrisilla mediante, se preguntó si eso era un colegio o una ONG. Todo donosura. Pero no contento, añadió que “Son de Rabat, no te preocupes, allí van sueltas ya”.
Me parece a mí, y si no es así, que alguien me corrija, que ya está bien. Que no pueden quedar impunes este tipo de actuaciones. Que, desde luego, lo que ya no tiene una explicación ni medio clara es que un medio de comunicación público le sirva a gente de esta calaña de escenario para vomitar sus miserables pensamientos y que se les pague por ello. Que la responsable última de ese medio de comunicación siga haciéndose la loca y hable de conversaciones privadas y opiniones personales. Por más que busco en toda clase de bibliografía, no encuentro modo de relacionar privacidad con un plató de televisión.
No busquen más a la chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. La han encontrado.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 19 de noviembre de 2010).

Game over

Venía yo al galope, a elegante trotecillo, en realidad, a despotricar del anormal de Sostres y a consultarles sobre si alguien sabe cuándo es el asalto a Tele Madrid, porque va a haber un asalto a Tele Madrid ¿no?, para apuntarlo en mi agenda que tengo yo la cabeza para pocos esfuerzos, cuando me he pegado de bruces con Alicia Sánchez Camacho. Con una noticia que la tiene como protagonista, quiero decir. Me llego a encontrar cara a cara con ella realmente y le quito el récord a Usain Bolt. No se rían que a mí esa señora me da mucho miedito.
Yo es que soy un alma sensible, que se lo tengo dicho. A mí la gente que tiene odios tan profundos e incomprensibles por mi corta mente como los que tiene esta señora me producen terror. Y no ayuda a que se me pase el que la susodicha se promocione electoralmente con un videojuego en el que, cual valquiria a lomos de caballo alado, se pasea subida en una gaviota, de esas que el PP tiene de atrezzo, disparando a inmigrantes. Luego, la buena señora se ha desdicho, cómo no. Que pienso yo que esto de desdecirse debería ser considerado ya como disciplina olímpica.
Decía que la señora se desdijo. O más bien pretendió hacernos creer que lo suyo y la caza del inmigrante había sido un error informático. Otro clásico. Cuando alguien mete la pata y hay la más mínima posibilidad de que haya un ordenador en 500 millas a la redonda, la culpa de todo siempre la tiene un informático. Y miren, por ahí sí que no trago. Llámenme corporativista pero en mi juventud estudié informática y todo esto me parece una locura.
Esperen, que va a ser que no es por eso. Que si me parece una locura igual es porque es una locura. Va a ser eso, sí.
Porque sólo si me planteo que esta señora está loca y la locura es contagiosa y se ha contagiado todo aquel que ha tenido relación con ella en los últimos, pongamos, tres meses, puedo llegar a explicarme cómo se le ocurrió a la caterva de asesores y mentes pensantes que la rodea que el asesinato de personas pudiera tener la más mínima gracia. Lo de que esas personas asesinadas fueran inmigrantes es lo normal viniendo de una mente enferma como la suya que considera que un inmigrante es una persona de segunda o tercera categoría, cuyo derecho a la vida sólo existe si es gracia concedida por mentes como la de la lideresa del PP catalán.
“Lo que ha habido es un desarrollo incorrecto de ese icono”, dijo Sánchez Camacho, para excusarse, eso sí, cuando los medios de comunicación pusieron el grito en el cielo ante la barbarie, ni un nanosegundo antes. No, querida Alicia, el desarrollo incorrecto no fue el del icono, fue el de tu persona. Y el de todas las personas que te rodean y participaron en la creación y difusión del patético jueguecito. Francamente, dais mucho asco. Y mucho miedo.
Lo dejo aquí. Más que nada porque creo que me he dislocado varias uñas postizas por teclear como si me llevaran los demonios o me persiguiera una valquiria a lomos de Pegaso.
O lo que es peor, como si Alicia Croft, a lomos de la gaviota pepera, acabara de aparecer en mi horizonte. Con esta pinta semita que tengo no estaría segura.
Ya no voy a mirar a las gaviotas de la misma manera. Animalicos, qué culpa tendrán.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 18 de noviembre de 2010).

Premio de consolación

Cuando yo vivía en Valencia no pasaban estas cosas. O si pasaban nadie se molestó nunca en hacérmelo saber. Estoy rodeada de gente sin el menor sentido de la amistad.
Cierto es que yo por Mislata transitaba lo justo y la discoteca ésta que por lo visto hace regalos erótico festivos a sus clientes más rápidos no la había oído mencionar en mi vida. A ver, no se me amontonen. Por partes. Cuando me refiero a los clientes más rápidos hablo de aquellos que lleguen los primeros al reparto. Ya entiendo yo que mencionar la erótica y la rapidez en una misma frase puede ser fuente de humoradas.
Por otra parte, que una discoteca haga regalos a sus mejores clientes no tiene nada de extraño. Que esos regalos sean consoladores femeninos, no siendo lo habitual, tampoco es que sea como para echarse al monte. Ahora bien, lo que me parece fatal, pero fatal de la muerte misma, es que lo hagan alardeando, además, de una horterez sólo comparable con la de Isabel Pantoja en plan ‘arreglá’ pero informal, con su chándal, sus tacones y su pashmina.
Porque hay que ser hortera para regalar consoladores bajo el lema “si eres chica, vas a vibrar. Si vienes entre las 300 primeras, con tu entrada, premio de consolación”.
Pero eso no es todo, qué va. Con los chicos llega el más difícil todavía. “Si eres chico, ponle las pilas. Si vienes entre los 300 primeros, podrás ponerles las pilas para que vibren sin parar”. ¿Qué? ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo tras esta demostración de sutilidad y gracejo a partes iguales? A mí me están dando escalofríos, pero puede ser que haya pillado la gripe.
Entenderán que no puedo pasar por alto los comentarios que hace el dadivoso responsable de esta iniciativa con respecto a las acusaciones de machismo que nadie le ha hecho. “No entiendo que se nos pueda considerar sexistas o machistas porque lo que hacemos es hacer un regalo a las mujeres”. Hombre, tal como pinta la cosa, lo que les estás haciendo es una faena de las gordas. “Sólo queremos llamar un poco la atención y generar un poco de juego para que los hombres no queden al margen. Cuando hablamos de vibrar también puede significar que te lo vas a pasar genial”. Claro que sí. Y cuando tu madre te dice que eres muy mono puede significar que pareces un oraguntán. ¡Ah! No. Espera. Que en tu caso es la primera opción.
Ya les digo. Cuando yo vivía en Valencia esto no pasaba. Si hubiera pasado, mis 299 mejores amigas y yo hubiéramos estado allí las primeras, como clavos, a que nos consolaran y nos pusieran las pilas. Pues menudas somos nosotras para perdernos un jolgorio de esta categoría.
Y total, si cualquier día nos sacan coplas por cualquier cosa sin sentido, al menos que sea con premio de consolación.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 17 de noviembre de 2010).

Mañanas de buenos propósitos

Hay días que se levanta una con el ánimo predispuesto a comportarse como una persona de bien, ser agradable con la gente que me encuentre en el camino, ayudar a cuantas ancianitas me asalten por las esquinas, besar niños, adoptar perros, tomarme en serio las noticias y la vida. Pero como dice el viejo provervio de no sé dónde,que qué más da, seguro que viene alguien y lo jode. Es inevitable, por más que yo tenga permanentemente presente a la madre de Murphy, el de la Ley, en mis oraciones.
No es que hoy me hayan puesto de mala uva los titulares, au contraire, lo que me ha dado ha sido un ataque de risa. Que no es que tuviera la cosa ni maldita la gracia, sobre todo para los que se hayan visto afectados, si no que mi perversa mente ha visto la ironía del asunto tan claramente como si me la hubieran señalado con luces parpadeantes.
El Ayuntamiento (de Santander) solicitará la declaración de zona catastrófica. Esperen, denme un minuto que me ha vuelto la carcajada.
¡A buenas horas!
Bueno está que nunca es tarde si la dicha es buena, miren, hoy tengo el día refranero, pero que se den cuenta ahora de que nuestro Consistorio se parece al submarino de Gila, que de color bien, pero no flota, no dice mucho de la perspicacia de nuestros ediles.
Ya, ya sé que hablan de los efectos del vendaval que azotó la región la semana pasada, pero no me digan que no está bien traído. Y que yo soy Íñigo de la Serna, Dios me libre como de mearme en la cama, y aprovecho para incluir entre los daños desde la descomunal deuda del municipio hasta la 'deconstrucción' del Puente del Diablo. Ya que se nos ha puesto en plan Gormiti, que aproveche el subidón y mire a ver si cuela. Total, peor no nos va a poder ir.
Y ya que en tiempos de crisis hay que saber sacar provecho de todo, le regalo otra idea, será por ideas, le sugeriría que le haga un homenaje a Luis García Berlanga. Primero porque es de ley. Y segundo, porque aprovechando el 'sentido' homenaje puede hacer uso, sin ningún tipo de pudor, de aquel inolvidable momento firmado por Pepe Isbert. Que es que ya le estoy viendo, ahí, subido al balcón de La Casona, mirando al tendido... “¡Vecinos de Santander! Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación y esa explicación que os debo, como alcalde vuestro que soy, os la voy a dar”.
A Dios pongo por testigo que me tiene, todo oídos, atenta a la explicación. Sólo pido una cosa. Que alguien me acerque una manta, un poquito de avituallamiento y tabaco, que me da a mí que la cosa va a ir para largo.
Parafraseando a Gila, seremos zona catastrófica pero lo que me he reído.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 16 de noviembre de 2010).

jueves, 18 de noviembre de 2010

Pecados a toda velocidad

El pasado jueves, el consejero de Industria, Juan José Sota, presentó el último servicio megarápido de ONO para Cantabria, la posibilidad de acceder a una velocidad de navegación de 50 Megas. Más o menos a la par, se inauguraba la Party CantabriaJuventud. net, evento en el que los participantes desafiaban a la velocidad de la luz y diponían de un ancho de banda de 1 gigabyte por segundo. Osea, la envidia, si la envidia no fuera pecado, del párroco de Vilafamés. Aunque ahora que lo pienso, ya tiene el hombre bastantes pecados acumulados en su cuenta personal como para preocuparse de añadir uno tan común y bien visto, es un decir, como la envidia.
Y es que a esta criatura de Dios le han pillado con las manos en la masa o, mejor dicho, con los megapíxeles infantilmente pornográficos en el disco duro. 21.000 archivos, nada menos, que coleccionaba el animalico. 600 gigabytes de colección. Ahí es nada.
Que tiene su mérito la cosa. Más que nada porque con las velocidades y anchos de banda de los que se puede disponer en Castellón, lo que le ha tenido que costar al párroco acumular tal cantidad de gigabytes, oiga. Que ha tenido que ser un no parar. Yo, que he sufrido en mis carnes morenas la lentitud de descarga de una película cualquiera de esas que vemos los rojos llenas de razones para la excomunión, que es que se le quitan a una las ganas de darse al pirateo, me solidarizo con el enfermo este, porque lo suyo ha tenido que suponer un sinvivir. Todo el día ahí, expectante, mirando avanzar la barra de descarga de la mula, intentando hacerse a la idea de cuándo iba a poder disfrutar de lo último salido (valga la redundancia) en lo que a su afición se refiere y compaginándolo con sus deberes parroquiales de esos que tienen los párrocos que ni conozco ni me importan, pero que alguno tendrán, digo yo.
Estoy pensando que para el año que viene, cuando llegue el momento de la preparación de la siguiente edición de la Party, se le podía girar una invitación para que acudiera al evento y, al menos, durante esos días pueda disfrutar de la velocidad supersónica que nos gastamos en Cantabria. Todo por facilitarle a la gente el desarrollo de sus aficiones. No me digan que no soy todo corazón.
También estoy pensando que ojalá acepte la invitación y acuda. Y que en el momento en que empiece a utilizar las posibilidades de descarga que le otorgue la organización del evento, la emoción que le embargue por la rapidez con la que puede teneracceso a su desviada afición le provoque un shock de tal calibre que lo siguiente que vea sea la cara de San Pedro negándole la entrada al páramo celestial. Ya que es tan consecuente dejando que los niños se acerquen a él, que apechugue con la consecuencia y vaya cuanto antes en busca de la resurrección eterna, que entre que va y viene está el camino con gente.
Ya les había comentado que no soy buena persona. Pero aunque no se lo crean, no soy rencorosa ni vengativa. Simplemente me gusta la coherencia pastoral y los finales felices.
Y, como no se cansa de recordarnos a diario mi admirado Forges, no nos olvidemos de Haití. Ni del Sahara.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 15 de noviembre de 2010).

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Quiero ser de derechas

No consigo recordar si les tengo comentado cuál es la ilusión de mi vida. Les comento tantas cosas sin sustancia que luego se me olvidan las realmente importantes. Esta cabeza mía que no me sirve más que para llevar los rizos...
Pues por si no se lo he comentado antes, se lo comento ahora, no se vayan a quedar con la duda, que es algo muy desasosegante. Yo siempre, pero de toda la vida de Dios, lo que he querido ser es de derechas. Que sí, que lo sé, soy consciente. No va a poder ser. Pero déjenme soñar, que de momento es gratis.
A estas alturas del cuento, ustedes ya ni se preguntarán el porqué de este capricho mío y hacen bien. No tiene ningún sentido. Pero oigan, que nunca vi a ninguno de ustedes preguntándole a Conchita Velasco porqué quería ser una chica yeyé, ni a Sabina la causa de su capricho de convertirse en una chica Almodóvar. Pues a ver porqué yo voy a ser menos.
Pero como en el fondo les tengo aprecio y tampoco es que tenga nada mejor que hacer ahora mismo, se lo voy a explicar. Siempre quise ser rubia. Que qué tendrá que ver, pensarán ustedes. Pues yo qué sé. Pero es pensar en ser rubia, tener el pelo liso y un flequillo que pueda manejar a golpe de dorso de mano y me entran unas ganas de votar a Mariano Rajoy que me tengo que sentar hasta que se me pasen, oiga.
Y luego que todo son ventajas. La primera y principal que la vida es muchísimo más cómoda. A mí eso de no tener que plantearme con el café del desayuno si algo es justo o injusto; si es ofensivo para cualquier minoría, mayoría o patio de vecinos; si alguno de mis representantes públicos prevarica, insulta, roba o se desentiende de sus obligaciones; si las leyes se aplican o cómo de bien se gastan los dineros públicos, verán ustedes, me parece la panacea.
Siendo así, lo único en lo que tendría que ocupar mi linda y teñida cabecita sería en qué modelazo ponerme para asistir a las manifestaciones, de eso no me libro, no, del Foro de la Familia, de la Asociación de Víctimas del Terrorismo y las que organice monseñor Rouco Varela cuando no sepa en qué dar.
¡Ah! Esperen, que se me olvidaba. También tendría que buscar atuendo apropiado para asistir a los nombramientos de José María como Doctor Honoris Causa. José María Aznar, despistadillos. Es que los de derechas somos así. Enseguida nos reconocemos como iguales y ya nos tuteamos. Ya ven, ni diez minutos que llevo intentando ser de derechas y ya tengo más amigos que Roberto Carlos.
Me estoy dando cuenta según les cuento de que tendré que hacerme con el disfraz necesario para asistir a los tés de las señoras con criada filipina a los que me van a invitar para hablar de cosas de señoras de derechas con criada filipina, claro.
Y que tendré para ello que ponerme al día con el tema de las peras y las manzanas, no sea que me cruce con Ana, Botella of course, y no entienda su elevado discurso social. Yo es que hasta ahora era más de plátanos, qué quieren que les diga.
Y que no se me olvide volver a incluir Intereconomía en los primeros canales de la TDT, que lo había mandado a esparragar allá, detrás de los teletiendas, pero claro está que ahora me va a resultar imprescindible. Y deberé escuchar la COPE. Y leer El Mundo en vez de El País y Público, estar permanéntemente cabreada...
¿Saben qué les digo? Que ser de derechas es agotador. Que mejor me quedo como estoy, que ya tengo costumbre. Y la próxima vez que me dé por soñar será en ser una chica yeyé.
(Publicado en AQUÍ DIARIO el 13 de noviembre de 2010).

martes, 16 de noviembre de 2010

Más que ventanas

Se confirma, en el cuarto trimestre de 2010 sigue habiendo más gilipollas que ventanas. Para lo barato que nos ha salido el estudio, es de una fiabilidad apabullante. También es cierto que no es que sea del todo necesario constatarlo y desde luego no es noticia, pero se queda una a gusto manifestándolo. Bueno, en realidad, me quedaría más a gusto si pudiera explayarme en la utilización de sinónimos malsonantes, pero eso no diría nada bueno sobre la educación que me dieron mis mayores y ya bastantes disgustos al respecto les doy habitualmente.
Sin leer con detenimiento la prensa de hoy, no he tenido tiempo ¿qué pasa?, ya me han saltado a la retina dos bonitos titulares. En uno, los compañeros de Público nos cuentan que el ex presidente Aznar pide, por su madrecita santa, “no hacer como si ETA no existiese”. Me van ustedes a perdonar que me desdiga de lo expresado más arriba. Este tipo es un absoluto soplapollas. Como si cualquier ciudadano de este país pudiera, aún haciendo un supremo esfuerzo, olvidarse de la existencia de ETA.
Claro que después de leer las declaraciones del ex presidente Bush en pleno ataque de amnesia galopante sobre la participación de ambos en la guerra de Irak, cualquier cosa me parece posible. Pero no, ni de coña. Hay que tener las meninges muy achatadas por los polos y ser bastante mala persona para pensar, y mucho menos decir, que hay alguna posibilidad de que ningún ciudadano español haga como que ETA no existe después de la barbarie que hemos sufrido durante más de cuatro décadas. Si, además, durante ocho años se ha sido presidente del Gobierno, la cosa suena a que el señor éste de la tableta de chocolate nos ha perdido el respeto desde que dejó de gobernarnos o no nos lo tuvo nunca. Yo voto por la segunda opción, francamente.
El otro candidato a gilipollas del año, perdón mamá, es Eduardo García Serrano. Si ustedes no son seguidores habituales de Intereconomía, eso que salen ganando. Y además, no tendrán ni idea de quién les hablo. Pero si les digo que es uno de esos tertulianos que opinan mientras se dan a la ingesta de alcohol y sueltan lindezas contra la consejera de Sanidad de la Generalitat de Catalunya, Pedro Zerolo o Antonio Gala, que no pienso repetir pero que ustedes se pueden imaginar, simplemente por no ser santos de su devoción fascista y alcohólica, seguro que ya caen en quién es el personaje.
Pues bien, imaginen cómo será la ‘logorrea’ de éste hombre para que haya sido vetado en el Ayuntamiento de Ciudad Real, gobernado por el PP, para participar en una conferencia que llevaba el destronchante título de Pérdida de la conciencia nacional española. No me digan que no es para nota lo del tipo.
Yo es que ya no puedo con mi vida y esta gente. Les anuncio desde ya que tengo toda la intención de volver a mis ‘sinsustancias’ habituales y me olvido de tanto mamarracho y ‘desfaenao’.
¡Pero qué harta me tienen!
(Publicado en AQUÍ DIARIO el 12 de noviembre de 2010).

lunes, 15 de noviembre de 2010

Adiós y gracias, compañero

Lo mismo pensaban ustedes que en este espacio iba a pasar sin pena ni gloria la triste noticia de la muerte de Marcelino Camacho. Error. Con mucho de la primera y muchísimo de la segunda, pena y gloria, nos dejó Marcelino hace un par de semanas.
El que por edad fuera algo normal que nos dejara no resta ni un ápice al dolor de su pérdida. Porque perder gente buena siempre duele o, al menos, debería. Sobre todo en estos tiempos de tanto macarra intelectual y político suelto. Y Marcelino era, fundamentalmente, buena gente.
Y no es que lo diga yo, que soy una rojaza sin vergüenza, criada políticamente en el partido en el que militó, aunque luego me di a la socialdemocracia y aquí seguimos, y sindicalmente en las Comisiones Obreras a las que sigo siendo fiel, vayan ustedes a saber porqué. Es que lo han dicho, de reyes a mineros, cientos, miles, de personas de este su país. Porque mal que les pese a algunos este también era su país. Tanto empeño han puesto en convencer al electorado, el pueblo es un concepto que ni se les pasa por la meninge, de que algunos estamos en este mundo para romper España, que miren que capricho más tonto, que se les olvida que esta España en la que vivimos y llevamos viviendo 35 años es la que es, crisis aparte, gracias a gente como Marcelino Camacho. Gracias a la generosidad que él y otros muchos demostraron, la transición, ese ente del que presumimos tanto, fue la que fue. Claro que fueron muchos y de todo color político, pero es innegable, y le mando a mis padrinos a quien se atreva a negármelo, que la generosidad del Partido Comunista y de las Comisiones Obreras y, sobre todo, su sentido de la responsabilidad, evitaron más de un momento, llamémosle, chungo para el desarrollo de lo que luego sería la ejemplar transición española. Un ejemplo fácil y en la memoria de todos: el asesinato de los abogados laboralistas de Atocha. Se podía haber montado un dos de mayo en pleno 26 de enero, no me lo nieguen, pero no. La responsabilidad política se sobrepuso al dolor y al ánimo de venganza y el resto es historia.
Pues ahí, en ese momento, como en muchos otros, estaba Marcelino poniendo su sentido común,su raciocinio, su militancia férrea, su lealtad a la clase trabajadora, a los derechos de las mujeres, su capacidad de diálogo, su trabajo.
Seguramente parecerá que esta magnolia es un panegírico más de esos tan típicamente españoles en los que se alaba al muerto, sea quien sea éste. Puede ser. Pero no duden que la admiración y el agradecimiento son sinceros. Lo que lamento es, efectivamente, haber esperado a su muerte para ponerlo negro sobre blanco. Me volverá a pasar, seguro. Pero sirva esta magnolia para agradecer a tanta buena gente su entrega y sacrificio para hacer de este país, que se sigue llamando España y sigue sin romperse, qué le vamos a hacer, lo que hoy somos y algunos nos empeñamos en seguir siendo. La lista sería enorme. Muchos hombres y mujeres que pusieron su militancia política y sindical al servicio del pueblo, qué leches, a mí me encanta la expresión, y sin los que es bastante posible que hoy no tuviéramos los avances sociales de los que disfrutamos y evitaron que este país pareciera la Inglaterra de Dickens.
Gracias, compañeros. Gracias, Marcelino.
(Publicado en AQUÍ DIARIO el 11 de noviembre de 2010).

lunes, 8 de noviembre de 2010

Los cerdos no vuelan, opinan

Ya les conté el otro día que he pasado unas semanas buscando acomodo definitivo para estas magnolias y que, una vez convencido el jefe por el tradicional método de los hechos consumados de que me cediera este espacio, hemos estado, mis magnolias y yo, de mudanza. Ustedes se harán cargo del lío que supone una mudanza, las cosas que se pierden y lo mucho que se cansa uno. Una, en este caso, ha acabado destrozaíta y claro, no ha tenido tiempo para expulsar de su cuerpo serrano toda la mala leche que se le iba acumulando entre tépalo y tépalo cuando escuchaba según qué barbaridades de según qué personajes. Y como eso de guardarse para una la mala leche dicen que produce úlceras, además de ser de un egoísta de no te menees, y no estamos para ulcerarnos de gratis pudiendo dar rienda suelta a la tecla, procedo a convertirme por un rato en el remake 2.0 de la niña del exorcista.
Empezó la cosa con el ínclitó Antonio Burgos arremetiendo contra el físico de Leire Pajín a falta de argumento mejor. De su catadura moral ya hablamos en su día, así que para qué más. Pero, hete aquí que, como dice mi madre, los chonucos juntos comen mejor, y si esto sirve para el momento alimenticio de los cerdos (sin ánimo de señalar), también debe servir para el momento logorréico de los cerdos (ahora sí, ahora señalando).
Así que, una vez abierta la veda, ha sido un no parar de mentes preclaras las que han salido a proclamar, por mor de su libertad de expresión, lo mezquino de sus neuronas. A rebufo de Burgos salió a trote cochinero el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, con comentarios tan soeces y fuera de lugar colgando de su baba dedicados también a la nueva ministra de Sanidad, que no era difícil imaginársele con un look a lo Colombo dando vueltas por un parque al anochecer, no sé si me entienden.
Ya metidos en faena y como lo que tiene un cambio de gobierno a primera hora de la mañana es que te pilla por sorpresa y sin el comentario oportuno preparado por si a alguien le da por preguntar, al bueno de Arturo Pérez Reverte, utilizador de palabras y hacedor de chascarrillos de taberna, castiza, eso sí, no le dio tiempo a pensar nada inteligente que decir y se descolgó llamando ‘mierda’ a Miguel Ángel Moratinos por llorar en su despedida del Ministerio de Exteriores. Para el machito cartagenero, llorar debe ser un signo de debilidad que, en todo caso, sólo se consiente a las mujeres y los niños. Si alguien se le cruza por la calle, por favor, explíquenle que la debilidad y la cobardía no tienen necesariamente nombre de mujer ni de ex ministro de Exteriores. Más bien de maleducado insinuador, escribidor de insensateces.
Pero no se vayan, aún hay más. No recuperados de lo anterior, llega esa insigne figura de la literatura universal y de la información tántrica que es Sánchez Dragó a contarnos que, antaño, dos japonesas menores de edad a las que sus madres vestían como putas le dieron lo suyo y lo de su primo. Lo de desdecirse un rato más tarde y contarnos que donde dijo digo dice diego, ya me he liado, creo, imagino que Pérez Reverte no lo ha tenido en cuenta para ese catálogo suyo de ‘mierdas’ patrias. Claro que tampoco aparecerán, no se ilusionen, Esperanza Aguirre, prócer de la cultura de este país, que salió a defender al ácrata de baratillo que tiene en nómina; ni Mariano Rajoy, que sigue roncando por encima del bien y del mal; ni mucho menos las afamadas chicas del Partido Popular, que no deben sentir como suyo el insulto a las mujeres, la apología del abuso a menores ni la más mínima dignidad de las personas. Esto seguro.
¡Qué agujetas tengo, queridos! Aquí, en el sentido común.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 6 de noviembre de 2010).