martes, 29 de marzo de 2011

Basura

Creo que debería dar gracias al cielo de esta capacidad mía para el asombro. O de la capacidad para asombrarme que tienen los demás. No sé, no me decido. Tras varios días de astenia primaveral periodística, lo que viene siendo aburrimiento de toda la vida de Dios, me lanzo cual posesa a ver sobre qué escribo hoy y hete aquí que lo más rancio de papel couché me salta a los ojos desde la página web de Público. Y claro, esa presa es demasiado fácil para dejarla escapar por un quítame allá esa campaña electoral, que sobre eso ya hay demasiada gente que opina.

El rancio en cuestión es esa especie de maniquí de buena familia catalana, que ya se sabe que son mejores familias que las estandar del resto del país, que pasa por ser el novio (su carcajada aquí, gracias) de Lina Lollobrigida, un tal Javier Ridau. Desconozco por qué razón se descuelga el muchacho hablando de su sexualidad de macho de la rivera del Ebro, aunque imagino que será en respuesta a alguna pregunta del algún ‘incisivo’ juntaletras, pero me preocupa la salida de pata de banco del ínclito: “Yo imagino que el sexo entre hombres debe ser de una manera que yo me imagino que debe ser muy fuerte y muy doloroso. (...) Las personas que siempre me han querido tantear son todos gente gay, y cuando se les ha dicho que no, entonces me han atacado. Ojo, que es el perfil que hay”. Y sigue pudiendo salir a la calle sin que le apedreen, oigan.

Si alguien con el perfil de Ridau, con la educación y vivencias que dan una posición acomodada es capaz de semejante estrechez de miras, capaz de soltar una bellaquería como esa, o mejor dicho, varias en la misma frase, ¿qué podemos esperar del resto de la socidad? Este tipo de personajes, de los que Ridau es sólo un ejemplo a mano, son los que llenan horas de televisión y páginas de revistas, la radio, deo gratia, se ve libre, de momento. Y dejamos que sean referentes para nuestros jóvenes. ¿Así pensamos mejorar la tan vapuleada sociedad en que vivimos? Pues vamos de cráneo.

¿Algún voluntario en la sala para hacer algo al respecto?

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 29 de marzo de 2011).

4 comentarios:

  1. Mira que no me había enterado yo de este memo parlante y que sería más feliz sin enterarme. Tengo que pensarme un imbéciles sin fronteras, pero tenía otro pendiente para el apoderado de José Tomás con esa perla perlífera de que después de los toros prohibirán el cristianismo. País.

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  2. ¡Joder! Como no tenía ni repajolera idea de lo que hablabas le he preguntado a don Gúguel. Resulta que el tipo se llama Javier RIGAU, la otra es GINA Lollobrigida, tiene 84 castañas, o sea, casi la edad de mi amada abuela (creo que saca al pollo unos 34 o 35) y, vamos, así, en conclusión, ¿tú no lees unas cosas muy raras?

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  3. Cuanta razón tienes, amigo. Javier se apellida Rigau y Gina es Gina, que no Lina. Debe ser que como me parece todo tan chusco mi única neurona se fue derechita a la Morgan, a la que pido disculpas por meterla en este fregao.
    Y sí, leo de todo, aunque es evidente que el Hola no, pero esto juro que lo leí, bien escrito, eso sí, en la web de Público, en un espacio del que me nutro mucho que se llama 'Visto, dicho y oído' por el que pasa lo más granado del panorama televisivo gore.
    Gracias por la corrección. Me siento como Francino con su unidad de vigilancia, fíjate. ;)

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  4. Anda, todavía no había puesto a laburar a San Gúguel, pero ahora caigo en que es el necrófilo. Tengo que escrivir, tengo que escribir ...

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