viernes, 3 de diciembre de 2010

Arsénico, por compasión

Menos mal que, de toda la vida de dios, llevo un cuidado horroroso de no morderme la lengua por el riesgo que supone de morir envenenada. Que antes era no más que una costumbre asumida por los ‘cariñosos’ comentarios de la gente que me rodea sobre lo víbora que puedo llegar a ser y el veneno que destilo. Habladurías. Pero resulta que ahora viene la NASA y les da la razón. Que, si he entendido bien, que todo sea que me haya hecho la bacteria un lío, resulta que además de los componentes clásicos de los organismos vivos: carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, azufre y fósforo, ahora tenemos que añadir el arsénico al cóctel de cosas que componen estos cuerpos serranos que se han de comer los gusanos.
Ripio patético aparte y como organismo vivo que soy, me tiene impactada el descubrimiento. Claro que es normal, como no estoy a lo que celebro, ahora me entero yo (o si alguna vez lo supe para algún examen, lo olvidé inmediatamente) que bajo esta piel de alabastro (carcajada aquí)andan dándome sostén vital porquerías como el azufre y el fósforo. Si yo uso mechero desde que empecé a fumar porque me dan asco las cerillas. Lo del azufre, miren, le encuentro yo más sentido. Le da una explicación al diablillo que tiene una dentro y que de vez en cuando se empeñaen posarse en mi hombro para entablar debate con el angelito ese que todos llevamos de serie. Imagino que el angelito será la parte de hidrógeno, nitrógeno y oxígeno que me corre por las venas, pena, lo mismito que un ciclón.
Dicen los sesudos señores y señoras que han hecho este tremendo descubrimiento, que todo esto les recuerda que la vida tal y como la conocemos puede ser mucho más flexible de lo que normalmente asumimos o podemos imaginar. Hombre, se me vienen a la cabeza innumerables posibilidades de cosas que me son difíciles de asumir o imaginar, pero pocas como un posible aumento de mi flexibilidad.No me veo yo más flexible que ayer ni menos que mañana después del descubrimiento. De hecho, me veo poco flexible, así, en general.
También dicen las criaturas, que el diablo confunda, que sale a la luz por primera vez, un microorganismo que es capaz de usar un elemento químico tóxico, en lugar de un fosfato, para vivir y crecer. Aquí veo yo un error. O lo mismo es que son extranjeros y por eso no tienen tan asumido como nosotros la cantidad de gente que utiliza elementos tóxicos no sólo para vivir sino para desarrollarse, incluso medrar en la vida. Claro que lo mismo no se refieren a los mismos elementos tóxicos que yo, que, ahora sí, ya estoy más liada que el pulpo Paul, en la gloria esté, jugando al Twistter.
Lo que sí quiero implorar a quien tenga competencia sobre el tema es que tengan controladas a las bacterias, que llevan unos días dándonos mala vida. Primero descubren una en la cueva de El Soplao que lleva de inquilina un millón de años sin que nadie supiera de su existencia. Anda que no hay ahí alquileres atrasados. Menos mal que vivía sin luz ni agua, porque los recibos de suministros se ponían en un pico. Y ahora ésta que nos ha descubierto que las tías de Cary Grant no eran asesinas, cosa que sospechábamos, por lo tiernas, sino amables ancianitas adelantadas a su tiempo.
En fin, que estoy que vivo sin vivir en mí con estas noticias. No sé si al final necesitaré un chupito de arsénico para dejar de sufrir, por compasión.


(Publicado en AQUÍ DIARIO el 3 de noviembre de 2010).

2 comentarios:

  1. Como sois las de letras. No se trata de que el arsénico "también" forme parte de la vida sino de que esa cosa tan misteriosa que es el ADN está formada por un azúcar (resumiendo mucho), una rareza llamada "base nitrogenada" y ácido fosfórico. Lo que se ha descubierto son formas pequeñajas que nacen, crecen, se reproducen y mueren, o sea, bacterias, que en vez de fósforo en forma de fosfórico llevan arsénico. O sea, una forma de vida distinta.

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  2. De letras, de letras... Yo tengo una fepatura y gracias.
    Además, ya aviso que me hice un lío desde el minuto uno. Y que si lo llego a entender se me escaralla el artículo y posiblemente las meninges, que las mías no están las pobres para muchos trotes.
    Agradecida y emocionada por la explicación científica, que entenderás desaproveche, y más aún por tener algún que otro lector con tantísimos y complicados conocimientos científicos.
    Hale, un beso, que me siento generosa.

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