miércoles, 29 de diciembre de 2010

Inocentes

No puede ser casualidad que hayan elegido el día de hoy, el de los Inocentes, los alegres muchachos del PP para salir todos en tropel a hacer declaraciones. No puede ser, no me lo creo. Viendo sus últimas hazañas publicitarias, la tropa ha decidido alegrarnos la existencia y hale, sin conocimiento, todos a la caza del micrófono para darle contenido al día. Como si una no tuviera bastante con conseguir ligar el pil pil del bacalao, que tengo el brazo derecho como las tragaderas de Mariano, agotado.
Me despierto esta mañana oyendo al campeón Javier Arenas. Que no lo puede evitar el chiquillo, hable de lo que hable, le sale el ramalazo ese de señorito andaluz que provoca la envidia más verde en todas las Ferias de Abril. Lo tengo yo esto contrastado con los Domecq y los Osborne. Envidia de la mala, oigan.
Un ratín más tarde, escucho a Mariano, en formato navideño total, afearle la conducta al presidente del Gobierno. Que si qué poquito espíritu navideño tiene José Luis, que ni una alegría ni un cariño, y esto es literal, le da a los contribuyentes en estas fechas, que si a mí que me echen todos los pesos pesados que quieran que me los meriendo a todos, que si mira que subir el recibo de la luz que nosotros estuvimos bajando año tras año, que si pitos, que si flautas. Este hombre cada día es más inocente. Inocente en su vertiente de ‘tontolculo’. Como piense gobernar, si es que se diera el caso que no sé qué decirles al paso que va la burra, a golpes de cariño y bajada de luces más nos va a valer buscarnos un retiro lejano y tranquilo, qué decirles, Afganistán, por ejemplo. Nos va a terminar trayendo más cuenta.
Por si tenía poco con lo anterior, por mis pabellones auditivos se asoma Carlos Fabra, gafas de la Niña de la Puebla en ristre, agitando el sobreseimiento de unos pocos de sus muchos asuntos pendientes con la justicia y gritando que es inocente, inocente, que lo ha dicho un juez, criticando el mal funcionamiento de la cosa judicial que, con su tardanza, ha conseguido que prescriban dichos delitos y, ahora un clásico, metiéndose con Miguel Ángel Campo, periodista de la cadena SER, por hacer su trabajo, informar. Todo un ejercicio de coherencia (aprovecho para saludar al oso hormiguero y desearle un feliz año, que lo va a tener crudo, me temo) y saber estar. A ver, sinvergüenza, usted no es inocente es gilipollas, que sus delitos se han pasado de fecha, como los yogures del fondo de la nevera. Sin más. Eso no quiere decir que le hayan absuelto a usted ni que nadie, en la parte sensata del mundo, esa donde no vive Esperanza Aguirre, que también ha rebuznado hoy, le considere inocente. Simplemente no va a poder ser declarado culpable ni castigado por ello. Que entre una cosa y otra va un mundo.

Otra nota con tema aparte: a medianoche de hoy CNN+ desaparecerá. Ojalá despertáramos mañana y esto fuera una inocentada, pero no. Otro día triste para la información. Gracias, compañeros, por estos años de profesionalidad. Suerte.
(Publicado en AQUÍ DIARIO el 29 de diciembre de 2010).

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