Dolce e Gabbana siempre me han parecido unos
horteras de bolera enormes. A mí y a medio mundo, no se crean que soy original.
Al otro medio le fascinan su horterez y su exceso y luce orgulloso, el que lo
puede pagar para que ellos defrauden al fisco italiano, su desproporción y
autobombo. Vestirse con su marca es perder identidad a borbotones para pasar a
ser un cartel promocional de la firma.
Dolce e Gabbana son horteras y evasores de
impuestos; Domenico y Stefano dos macarras de la moral.
La vena tradicional siciliana de Domenico
salió a pacer hace unos días en una entrevista de esas glamurosas de mucho
aparentar para escupir que la única familia posible, a los ojos de Dios (que ya
es capricho meterle en estos fregaos, sobre todo con su currículo familiar) es
la de toda la vida, con padre y madre, heterosexuales ellos, y que, oigan, no
se puede tener todo en esta vida, ni siquiera siendo gay, no se crean. "Soy
gay, no puedo tener un hijo. Creo que no se puede tener todo en la vida. Es
también hermoso privarse de algo. La
vida tiene un recorrido natural, hay cosas que no se deben modificar.
Una de ellas es la familia”.
Por si fuera poco, demuestra su
estulticia llamando ‘niños sintéticos’, ni que fueran de tergal, a aquellos que
se conciben mediante reproducción asistida. Debe pensar el terrorista de la
aguja que son concebidos de otra forma que no es mediante el tradicional
encuentro entre un espermatozoide y un óvulo.
Para variar, y ante el miedo al
boicot que se ha organizado contra su firma, ya ha salido a relucir la
consabida disculpa. Pero llegan tarde. “Es hermoso privarse de algo”. Vosotros,
de multitud de clientes. Qué hermosura.
(Publicado en Gente en Cantabria el 20 de marzo de 2015).
No se...pero a lo peor...podían fichar por el PP y junto al alcalde de Valladolid y el Monseñor este que no recuerdo como se llama, pero que tampoco me importa, pues con esos elementos y unos cuantos más, siempre de la mano para que no se descarríen, los borricos siempre protegidos, podían irse a fer la má...
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