Cada vez que voy a Comillas y
veo el ángel que corona los restos del antiguo templo donde se asienta su
cementerio recuerdo a Buñuel y su propio ángel. Cada vez que veo el Congreso de
los diputados también.
Bien es verdad que en lo del
Congreso Buñuel viene a mi mente inmediatamente después de hacerle un homenaje
mental a Berlanga y pensar por enésima vez
que nos dejó demasiado pronto.
La primera vez que la vi pensé
que ‘El ángel exterminador’ era el colmo del surrealismo. Luego, cuando la
política invadió mi vida e iba teniendo edad para saber a qué labor se
dedicaban las personas encerradas en ese hemiciclo oscuro y decadente, lo que
pensé es que soy una pardilla. Eso sí era surrealismo del bueno. Y yo perdiendo
el tiempo viendo cine mexicano. Dicho todo esto, desde mi absoluto respeto por
la política y por la mayor parte de los políticos.
Pero como en la película de
Buñuel, allí pasan cosas increíbles que no se sabe porqué pasan, porque no
tienen ninguna razón de ser. Hay personajes que se sienten apresados en sus
estancias mientras degeneran en seres intratables, mezquinos y que consiguen
aquello que tan bien describió Marx, Groucho, llegar a las más altas cotas de
la miseria.
Otros personajes, trabajadores
esforzados, se sienten impelidos a salir cuanto antes de allí. No es nuestro
sitio, parecen haber decidido todos a una.
Pronto llegará el momento en que
el impulso irracional cambie de tercio y permita la salida de nuestros anti
héroes para, solo un momento después, secuestrarlos en otro lugar del que
tampoco querrán salir. Un consejo de administración de una gran empresa no es
descartable como marco acogedor.
Fuera, los trabajadores
esforzados se manifestarán pero no tendrán público que quiera oírles.
Entretanto, las ovejas sortearán
las balas y el ángel exterminador, concluida su tarea, retornará a coronar los
restos de aquel antiguo templo, abandonado por el hartazgo de la plebe contra
su señor.
Y yo seguiré pensando que
Berlanga y Buñuel nos dejaron demasiado pronto.
(Publicado en Gente en Cantabria el 6 de marzo de 2015).
Es verdad, podrían filmar excelentes películas... pero se les acusaría de cobrar subvenciones y les perseguiría el indomable Montoro. O sea, que mejor dejarles donde están, es mucho mejor para su salud...
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