viernes, 28 de enero de 2011

Al borde de un ataque de nervios

Tranquilos, que no soy yo. Me encantaría ser una chica Almodóvar, pero estoy viendo que, entre la templanza de mi sistema nervioso, cachaza lo llaman algunos, y la proximidad de las Elecciones municipales y autonómicas, la muchachada popular va a copar el casting.
Pulsando la opinión de la gente que opina, que luego están los que no sueltan prenda, no entiendo por qué están tan nerviosos, pero el caso es que lo están. O eso o han decidido quitarse la careta y salir en plan kamikaze a disparar a todo lo que se mueve. Y al paso que van no se va a menear ni el Tato, que empiezan a dar miedito.
Ya les hablé ayer del campeón Arenas y la incombustible postulanta Aguirre. Hoy no me muevo de casa, que se me va un pico en viajes con cada desmán de los amigos de la Gürtel y, además, estoy agotada.
El miércoles, nuestro bienamado alcalde montó en cólera y a punto estuvo de mandar al carajo el acuerdo de la ordenación del frente marítimo porque a la candidata socialista a ocupar su puesto, Eugenia Gómez de Diego, le pareció oportuno reunirse con los vecinos de Castilla-Hermida para escuchar sus cuitas sobre los temas que preocupan al barrio, entre ellos este. Pues al alcalde no le pareció tan oportuno, por lo visto, ya que amenazó con romper el acuerdo si la candidata osaba. Y la candidata osó. Faltaría más.
Veo necesario que alguien le comente al primer edil que ya no está prohibido que los ciudadanos se reunan en grupos de más de tres, que lo mismo no está al día. Tiene el hombre tantas cosas en la cabeza que es normal. No puede estar en todo, aunque él diga que sí y se dedique a perseguir cacos por las inmediaciones de ese mismo frente marítimo que peligró por un instante, lo que le duró la rabieta de infante y le consiguió calmar Christian Manrique, presidente de la Autoridad Portuaria, asegurándole que el acuerdo seguía vigente y adelante viento en popa a toda vela.
Otra prueba del nerviosismo de los chiquillos es el trajín que se traían el mismo miércoles con las comisiones pedidas por la oposición en el Ayuntamiento de la ciudad. Primero que no las convocamos, que lo que ustedes quieren es cobrar por asistir y nosotros no lo necesitamos porque estamos todos liberados, chincha, revincha. Y que no lo digo yo que lo pudieron ustedes escuchar en vivo y en directo de boca de ese gran cómico que es Eduardo Arasti, portavoz municipal de los populares, en la cadena SER. Con bronca incluida, según me han contado. Luego, cuando la bronca radiofónica ya circulaba por todos los mentideros de la ciudad y el caco del alcalde ya había tomado posesión de su calabozo a espera de juicio rápido, recularon y en la misma tarde del miércoles las convocaron con carácter de urgencia y no respetando los cauces oficiales para ayer jueves. ¿No queríais comisiones? Pues taza y media. Maratón de comisiones que os va. De ocho de la mañana a seis de la tarde, comisión va, comisión viene, hasta 16. Un no parar, oiga.
El asunto del frente marítimo, un chiste; el de las comisiones, un circo; la detención de cacos en primera plana, una sobrada… Le tengo que pasar la información a Pedrooooooo, que con esto se hace una trilogía y muy mal se me tiene que dar para no pillar un papel. ¡Eh! Que yo también persigo cacos. No, no me refiero a los alegres muchachos del PP. De los que corren, digo.

(Publicado en AQUÍ DIARIO el 28 de enero de 2011).

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